Capítulo 10. Venus, Ahora sé su nombre.

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El agua caliente de la ducha me  hizo bien, sentía el cuerpo relajado; sin embargo, las heridas aún no me  dejaban de doler, sobre todo la de la cabeza

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El agua caliente de la ducha me hizo bien, sentía el cuerpo relajado; sin embargo, las heridas aún no me dejaban de doler, sobre todo la de la cabeza. Acaricié con cuidado la herida de mi brazo, no era tan grave, pero dolía como si me hubiesen clavado un cuchillo... mi madre dice que las heridas con objetos filosos siempre duelen más de lo que parece.

Tuve un pequeño flashback de ese hombre encima de mí, saboreando la sangre que salía de mi brazo. Pensé que iba a morir por un segundo, ¿Qué clase de asesino en serie es? Aun no estoy segura de sí contarle a mi padre sea buena idea, quizá mi vecino tiene razón, una llamada anónima no me expone de esa forma. Mañana me iré al trabajo y de camino llamare desde un teléfono público para informar que el asesino anda en el bosque junto con algunos rasgos distintivos de su rostro y tatuajes.

Salí del baño sin mirar adelante de mí y choqué con mi vecino, nos miramos por unos segundos; no quiero sonar cursi o como si fuese alguna escena de romance, pero sentí una pequeña tensión entre nosotros.

Sus ojos si son bastante intimidantes, profundos y preciosos... es el momento ideal para un beso entre nosotros, ¿No? Demonios, estoy delirando por el golpe quizás. Esto que está pasando es muy irreal, él se alejó para que yo pudiese entrar a mi habitación.

Entendí con ese gesto que la tensión solo la sentí yo. Tengo que dejar de pensar tonterías, esto es solo un caso de caridad de su parte; ayudando a una joven en apuros, aparte de guapo es de corazón noble.

Fue una imprudencia total de mi parte seguirlo.

Abrí la puerta de la habitación luego de vestirme rápidamente y susurré para no despertar a mi madre;

— ¿Dónde estás?

Todo sigue en silencio, recorrí la casa entera para buscarlo, pero se había ido.

Todo parece moverse a mí alrededor, me dio punzadas muy fuertes en la cabeza, tome un par de las pastillas que me dejo ese chico y me recosté en la cama con cuidado.

Al día siguiente mi cuerpo ya no se sentía tan adolorido, justamente las pastillas habían logrado su objetivo. Levante un poco la manga de mi suéter para revisar la herida de mi brazo, se veía casi cicatrizada, no fue tan grave como lo imagine.

Mi madre entro de repente a mi habitación y cubrí como pude mi herida.

—Venus —En medio de sollozos.

— ¿Qué pasa madre? —me levante preocupada.

—Es tu jefa, la señora Marcia — sus lágrimas solo me daban a entender que algo malo le había pasado.

— ¿Está muerta?

—La encontraron en el bosque descuartizada.

—No puede ser, ¿Cómo es posible?

Mis lágrimas comenzaron a caer al instante, nos abrazamos fuertemente. Segundos después entro mi padre a la habitación, tenía un poco de sangre en su franela blanca, la intento tapar un poco con su chaqueta de policía, sin embargo ya era tarde, lo había visto.

—Papá, ¿Es de ella esa sangre? —pregunté mientras me separaba de mi madre y me acercaba a él.

Él asintió, su rostro refleja una tristeza increíble, aunque no derramaba ninguna lagrima, puedo sentir su dolor.

—No estamos seguros de que paso, o como paso, pero si sabemos que fue un animal salvaje...

— ¿Un animal? —pregunte desconcertada.

El asintió nuevamente.

—Dios mío, ¿Todas esas desapariciones las causa un animal, que clase de animal puede hacer eso? En Mistermed, en puente Celest no existe ese tipo de peligro. —interroga mi madre, con sus nervios de punta.

—No sabemos con certeza qué clase de animal, pero no es solo uno, creemos que puedan ser varios por los daños en el cuerpo de la señora Marcia. —Se alejó un poco para retirarse la chaqueta y la ropa sucia. —su cuerpo lo tienen los forenses, estamos esperando los resultados para poder informarles al pueblo y puedan tomar medidas preventivas.

Mi teléfono comenzó a vibrar, la noticia ya había llegado a oídos de todos, conocidos, amigos y empleados. Es una terrible conmoción para el pueblo.

— ¿Debería cancelar las clases por ahora? —pregunta mi madre, siguiendo a mi padre por las escaleras.

—Es lo recomendable, le informaré a todos para que pasen por televisión y noticias que no es seguro andar en las calles por ahora. Al menos no hasta tarde. Me bañaré para regresar a la comisaria.

—Cuídate mucho, por favor... —implora mi madre mientras le da un beso a mi padre.

Yo me senté nuevamente en mi cama, leyendo los mensajes de ''difusión'' que circulaban por todo el pueblo.

''ALERTA, NO SALIR A LAS CALLES NI MENOS MERODEAR LA ZONA DEL BOSQUE LUEGO DE LAS SEIS DE LA TARDE''

No sé en qué momento Puente Celest se volvió tan peligroso o incluso tan sangriento, la señora Marcia es... era una mujer con carácter fuerte, conociéndola, no se dejaría matar con facilidad quizá la descuartizaron porque lucho con todas sus fuerzas. En eso un flashback de mi ataque con aquel hombre en el bosque llega a mi mente, yo hubiese sido esa muerte si no hubiese estado mi vecino ahí, si no fuese mi salvavidas.

Ni siquiera le agradecí, debería buscarlo a su casa para agradecerle. Con tantas cosas se me paso por completo, él salvo mi vida.

Me estoy por cambiar la ropa cuando mi madre entra a mi habitación, lista para salir.

— ¿A dónde crees que vas tú, jovencita?

—A visitar a...

—No estamos en época de visitar a nadie, quédate en casa. —me interrumpe.

— ¿A dónde vas tú?
—Iré con tu padre a la estación de policía para organizar con algunos vecinos el funeral de la señora Marcia, llegaremos en un par de horas. Comunícate con todos por teléfono, nada de salir ahora.

Me da un beso en la frente y se marcha.

— ¡Cierra todo con doble seguro! —Grita mi madre, segundos después, suena el portazo.

Yo me acuesto nuevamente en la cama, dejo salir un suspiro, cuando de la nada oigo una voz.

— ¡Dios mío! — grité del susto al ver a mi vecino en mí habitación. — ¿Entraste por la ventana?

Me levanté de la cama de prisa para asomarme por la ventana y ver al suelo.

— ¿Qué tiene? — preguntó haciéndose el tonto.

— ¡Son varios metros de altura! — continuaba gritando.

—Solo la salté. — dijo mientras se recuestaba de la pared y disfrutando de mi desespero.

— ¿Cómo pudiste solo saltarla? ¿Qué cosa eres tú?

—Venus, ¿Cómo sigues de las heridas? — pregunta insistente.

— ¿Solo viniste a eso? — pregunte, brazos cruzados, se veía muy alto, considerando lo baja que soy junto a él, quizá 1.90 en comparación con mi 1.60


Venus, bajo su influencia. ©(Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora