Todavía estaba pensando en lo bien que había funcionado mi poder con los padres de Venus. Será bastante problemático el hecho de que a ella no le afecten mis influencias; tendré que continuar evadiendo toda clase de preguntas sobre mí y que ella se mantenga tranquila y fuera de más conflictos a causa de su inmensa curiosidad.
Medite toda la madrugada recostado en la cama de mis padres, queriendo saber si Venus ya se había dormido por completo. Pensando en cómo se veía en toalla recién salida de la ducha.
Ya había amanecido, el día estaba muy frío, nubes grises en toda la zona, probablemente lloverá como todos los días. Miré el reloj de mi muñeca: ocho y quince de la mañana.
Hablando de eso, mi garganta estaba pidiendo un poco de sangre, siento que estoy algo débil y tengo que prepararme para ir al bosque a buscar al desgraciado que le hizo daño a Venus y que probablemente este ocasionando todo este caos en el pueblo.
Mi sed estaba algo irritante. Seguí el consejo de mis padres de buscar a la doctora Aurora en caso de tener mucha hambre, estoy muy cansado como para cazar ahora. Luego de todo lo que hice ayer, me dio algo de fastidio ir de nuevo al bosque para cazar. Así busco más pastillas para las heridas de Venus.
Llegué a la oficina de la doctora Aurora, toqué un par de veces y ella abrió, siempre con un rostro amable y una sonrisa.
— ¿Está todo bien? — preguntó algo extrañada de verme ahí.
—Sí, solo estoy buscando algo de... — miré a ambos lados para asegurarme que estuviésemos solos en la oficina— alimento.
—Entiendo, toma asiento— se dirigió a una pequeña nevera que tenía a un lado de su escritorio. Sacó dos bolsas de sangre y las coloco en un vaso, todo tan fácil y limpio.
—Se ve que tienes experiencia con eso, yo aún hago desastre.
—No eres el primero que viene por su dosis de esto, uno se acostumbra. — me dio el vaso y lo acabé en menos de cuatro segundos.
— Sí que tenías hambre. — dijo asombrada mientras me servía un poco más.
—Lo lamento, no debí aguantar tanto tiempo sin beber nada... Pensé que lo tendría bajo control.
—Eres igual a tu padre. — Dijo sin dudar. — fuerte, serio, reservado y controlador.
Yo dejé salir un suspiro, mi padre me ha enseñado todo lo que ahora sé, estoy orgulloso de ello, solo que a veces me gustaría no ser tan parecido a él. Me hace sentí como que yo no tengo identidad.
Mi silencio al parecer la hizo sentir incomoda, lo sé por su cambio repentino de tema.
— ¿Qué tal está Venus? Por cierto, la noticia de que su jefa murió a recorrido casi todo puente Celest— se sienta en su escritorio.
—ella está lo mejor que puede, el luto en los humanos es algo que aun no comprendo.
— ¿Todo marcha bien con sus padres?
—Sí, influenciarlos no es complicado.
—Qué suerte tienes con ese poder. Si yo pudiese hacerle eso a mi hija no sabes cuánto peso me quitaría de encima.
— ¿Dónde está Aubrey? — pregunté al notar cierto aire de tristeza en su voz.
—No lo sé, pero esa respuesta no es novedad. Nunca sé dónde está— se levantó del escritorio y observó por la ventana que daba a la calle. Estamos en un quinto piso, así que la vista es impresionante, directo al pueblo de Puente Celest.
Yo no sabía que decirle, tampoco es como si fuese fácil atraparla y forzarla a oírme.
Ella se giró con rapidez y me dice con voz algo baja.
—Si la llegas a ver... Sería muy amable de tu parte intentar apaciguar su actitud rebelde con tus dones. — Me miró con ojos de tristeza— ¿Crees que podrás?
Yo asentí, no podía negarme a ayudarla, ella me ayudó sin pensarlo cuando estaba en el bosque desesperado por Venus.
—No se preocupe, doctora Aurora, yo la ayudaré si la veo.
Ella se acercó para estrechar mi mano y la suya.
—Muchas gracias, Cedric. Tu padre debe estar orgulloso de lo buen hombre que te has convertido. Por cierto, Venus podría necesitar limpieza en sus heridas.
Buscó entre sus cosas del escritorio un paquete pequeño de primeros auxilios, con vendas, gasas y medicamentos antiinflamatorios.
Yo lo tomé y le agradecí por su ayuda.
Me retiré del hospital para no quitarle más tiempo, ella es una mujer muy ocupada, dirigir todo un hospital no debe ser trabajo fácil, la ventaja es que ella no duerme y no necesita "descansar".
Durante mi camino hasta mi casa solo pude pensar Venus, mi mente no me daba para más, odio eso, es como si ya no tuviese control de algo tan mío y simple como mis pensamientos.
Pienso en ella justo ahora, mientras camino bajo las nubes grises del pueblo, sin importar que parezca que disocio de forma natural. Venus y su cabello rojo, humedecido cuando salió de la ducha.
Detuve mis pensamientos en seco cuando comencé a sentir que mi imaginación me llevo a una completa e incómoda erección. « ¡Estoy en la calle, maldita sea!».
Tengo que caminar rápido para llegar a casa. La próxima vez uso el auto. Todo queda relativamente cerca, pero al menos no paso este tipo de vergüenzas si estuviese en mi auto.
Llegué rápidamente a mi casa, no me acostumbraba a qué mi madre no me recibiera con preguntas incómodas. Espero que al menos ellos estén pasándola bien.
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Venus, bajo su influencia. ©(Libro 1)
VampireEn Mistermed, un país lleno de misterios y habitantes poco comunes; Venus cambiará su vida, una joven de 19 años se topará con el chico que le hará descubrir cosas inimaginables. Cedric; un vampiro de 180 años con apariencia de chico de 20, regresan...