No pude quedarme quieto en toda la madrugada, sé que hice lo correcto, pero no se siente como lo correcto.
Me mata no saber de ella, ¿Debería intentar hablar con ella una última vez? Sí, no ¡No lo sé! Por primera vez en mis 180 años y estoy tan confundido. No debería darle tantas vueltas a esto, es obvio que todo lo hago por la seguridad de Venus, ella me importa más que nada y sé que conmigo no será feliz.
Mis impulsos me ganaron, brinqué hasta la ventana de Venus para verla, pero me encontré con su habitación vacía.
Solo encontré una nota sin terminar en su escritorio, no le di mucha importancia, así que me senté en la cama de Venus y observé todo mi alrededor, dándome cuenta que ella es muy joven, a diferencia de mí que tengo muchos años, no ha vivido lo suficiente; no conoce lo suficiente y quizás si yo la llego a convertir en lo que yo soy, la prive de muchas cosas.
Si ella tiene planes a futuro, no seré yo quien se los detenga. Amar algo también significa dejarlo ser feliz, así no esté a tu lado, Venus, solo te deseo felicidad, una vida plena.
De repente escuché la puerta de la entrada de la casa de Venus, alguien había llegado. Me quedé en silencio y respiré profundo para saber por el olor quién era, no es Venus es la mamá de Venus; la señora Amelia, quien recién había llegado del trabajo.
Con mucha rapidez y sin hacer ruido me escondí dentro del clóset, no quería ser descubierto por la mamá de Venus, ella tardó al menos 5 minutos en la sala dejando sus cosas y gritó al mismo tiempo el nombre de Venus, luego al ver que nadie respondía subió las escaleras y se asomó en la habitación, yo me quedé inmóvil dentro del clóset rogando porque no me escuchara ni sintiera que alguien estaba ahí.
La señora Amelia abrió la puerta, vio que no había nadie y la volvió a cerrar, murmurando "en dónde estará Venus ahora", se regresó a la sala de nuevo y yo aproveché este momento para abrir el clóset, salir rápidamente de la habitación y saltar por la ventana, tengo que esperar a Venus desde aquí, quizás no tarda en llegar.
Me quedé recostado en mi cama viendo el techo, esperando que los minutos y las horas pasaran por el regreso de Venus, sin embargo veía como poco a poco se oscurecía y Venus no llegaba.
Me asomé un sinfín de veces por la ventana para ver si la luz de su cuarto se encendía o si había algún rastro de ella, pero no llegó y comencé a preocuparme, mi madre ingresó a mi habitación luego de estar tanto tiempo aquí sin salir.
— ¿Está todo bien, hijo? — entró con cuidado a mi cuarto.
—No lo sé, quería despedirme de Venus antes de irnos, pero no ha llegado a su casa. — dije, preocupado sin quitar la mirada de la ventana.
—Bueno, quizás se distrajo con amigos o algo así, la dejaste ayer... Quizá lo que menos quiera hacer es verte. — toma asiento al lado de mí.
— ¿Crees que tomé la decisión correcta? Porque no se siente bien—pregunte.
—Hijo mío, las decisiones jamás son fáciles, sea cuál sea la situación.
— ¿Has pensado que quizá despedirte de Venus sea más doloroso?
—Tienes razón, al menos la quiero ver una última vez, ella jamás sabrá lo que soy y la veré envejecer. A veces me preguntó que hubiese dicho si le hubiese contado sobre lo que soy.
—Bueno, cuando tu padre me contó lo que él era, yo al principio pensé que era una clase de broma, pero luego al ver su expresión y su mirada de nervios y angustia supe que no lo decían juego. Al principio traté de no asustarme, sabía que el hecho de que tu padre me confesara tal cosa significaba que yo realmente le importaba; así que lo vi desde ese punto, lo tomé desde esa perspectiva. Cuando una persona tiene el valor de contarte algo que él considera tan importante significa que te aprecia muchísimo. — dijo sabiamente ella.
—Yo prefiero verla feliz, no importa si eso significa ocultarle quién soy y que lo nuestro tan solo duró días, pero prefiero que ella sea lo que ella realmente quiere y que viva la vida que ella realmente quiere vivir, solo quiero eso.
—Ese, hijo mío, es un excelente pensamiento. Es un gesto muy lindo, pero si sabes que tú vas a vivir por el resto de tu inmortalidad con ese sentimiento amargo de pensar "¿Qué hubiese sido sí?"— dijo ella colocando su mano en mi hombro, haciendo que yo la miré fijamente.
—Nunca me había puesto a pensar en ello, cuando la conocí todo pasó muy rápido, fue como si su alma y la mía hubiesen estado destinadas a juntarse y cuando nos besamos por primera vez; sentí que ella y yo estábamos destinados y no sé si suena cursi, pero fue exactamente lo que sentí y prefiero quedarme con ese sentimiento que es capaz de opacar cualquier otro por más negativo que sea.
Tomé a mi madre con ambas manos y le dije mirándola fijamente:
—Yo estaré satisfecho por el hecho de haberme cruzado con ella, ella vivirá para siempre en mis recuerdos aunque yo en los recuerdos de ella solo viva un tiempo. — mi madre me dio un gran abrazo.
—Sí que eres muy maduro, bueno, eres mi hijo así que no esperaba menos. — ambos nos reímos y ella terminó de marcharse de mi habitación.
Yo regresé a mi ventana para continuar observando la habitación de Venus, en algún momento ella tendría que llegar, yo solo quiero verla.
Cuando amaneció me asusté aún más, ya no cabía dudas de que algo había pasado, intenté controlarme a mí mismo diciéndome que a lo mejor está distrayendo su mente, como mi madre me dijo, pero no creo que sea así, al menos eso es lo que pienso.
Salté por la ventana y llegué a la habitación de Venus, nuevamente seguía vacía, sin embargo, no pude evitar escuchar unos murmullos en la sala, voces de dos personas, abrí con mucho cuidado y sigilosamente la puerta de la habitación y me asomé de a poco para poder escuchar con más claridad, la voz de un hombre, (es la voz del padre de Venus) solo le preguntaba repetidamente a la señora Amelia dónde estaba ella, que si sabía dónde se había ido o algo así, la señora Amelia se escuchaba preocupada, nerviosa y ansiosa, pero no puede oír muy bien todo porque hablaban tan bajito que era imposible entender.
Así que tomé la decisión de salirme del cuarto de Venus, saltar por la ventana y tocar la puerta de la casa para que ellos pudieran decirme a mí directamente qué era lo que estaba pasando o qué era lo que ellos sabían.
Hice todo de inmediatamente al tocar la puerta me abrió la señora Amelia, esperanzada de que quizás fuese Venus la que estuviese en mi lugar, pero su expresión cambió a uno de decepción y de preocupación en segundos, yo pregunté de forma directa y utilizando mi don para que me hablaran rápidamente y con la verdad:
— ¿Qué está pasando? — los miré a ambos para que me dieran detalles de lo que saben.
—No lo sé, Venus no aparece, se suponía que debería estar aquí, ella nunca pasa tantas horas fuera de la casa ni mucho menos amanece— con un tono de voz ahogado entre lágrimas.
— ¡No dejó ni una estúpida nota! — Alterado—sin decir a dónde o con quién o a qué hora regresaba, un estúpido mensaje basta, tanto que le enseñé para que supiera dejar información y siempre ser directa hacia dónde va— refutaba el señor Romeo Thomson.
— ¡No sirve ahora que te molestes eso solo me altera más! — gritó la señora Amelia.
— ¡Cálmense ambos! — exclame, haciendo que los dos se sentarán de un solo golpe en el sofá de la sala y me mirarán atentamente en silencio. — ¿Qué saben de Venus?
— ¡No sabemos nada, está desaparecida! — gritaron ambos al mismo tiempo.
Sentí como mi corazón se paralizó, como mi pulso acelerado comenzó a escucharse en mis oídos, todo se volvió más lento, quería desmayarme en ese momento. Mi peor temor se había hecho realidad; perdí de rastro a Venus tan solo unos minutos y todo esto pasa.
— ¿Ahora qué hay que hacer? ¿Qué es lo que tenemos que hacer para buscarla? — le pregunto directamente al señor Romeo.
—Tenemos que poner una alerta de desaparición en todos los módulos policiales para que estén atentos. Yo mismo me encargaré de hacer una búsqueda de exhaustiva, me encargaré de todas las zonas que ella solía visitar: el centro comercial, el hospital, las bibliotecas, las tiendas, sus amigos cualquier lado— dice mientras que se levanta de golpe y comienza a tomar su radio comunicador.
La madre de Venus se levanta del sofá.
—Yo también la buscaré, llamaré a la universidad donde fue aceptada, quizá se fue a conocer o algo... — subió directo a su habitación para cambiarse de ropa.
—Yo cubriré las zonas más difíciles; el bosque y todos sus alrededores— ofrecí.
En menos de 10 minutos tanto el padre de Venus; el señor Romeo y la señora Amelia estábamos listos para emprender nuestra búsqueda de Venus.
No me importaba si en las leyes estipulan que tenemos que esperar mínimo 48 horas para buscar a alguien, se trata de Venus y sea lo que sea tenemos que encontrarla, alertamos a todos los vecinos; de eso se encargó la señora Amelia, tocó puerta por puerta en toda la cuadra para alertar a los vecinos enseñando fotos de Venus. Yo decidí acompañarla a ella para estar seguro de que no estuviese en alguna de estas casas. El señor Romeo se adelantó con su patrulla a informarles a los demás.
Muchos alegaban que la vieron el día de ayer por la tarde, otros dijeron que simplemente no la vieron, pero en cada casa que no dábamos con ella teníamos la sensación terrible en el estómago de que algo estaba por salir mal. Mientras que la señora Amelia les preguntaba a los dueños de la casa en la entrada por Venus, yo; gracias a mi velocidad, le registraba todo el interior de la casa para descartar que estuviese secuestrada o algo así.
Mi madre salió de la casa y al verme tocar puertas por puerta de los vecinos, con la señora Amelia se acercó a nosotros y me preguntó qué pasaba.
—Madre, Venus ha desaparecido. — me acerqué a ella muy nervioso.
— ¿Qué? — preguntó mi padre que venía detrás de mi madre.
— ¿Cómo podemos ayudar? — preguntó él.
—Ayúdenme a buscar en los lugares más retirados, en los bosques, tenemos que saber dónde está lo más pronto posible. — ordené.
Dejé sola a la señora Amelia quien continuaba tocando las puertas de todos los vecinos, enseñando la foto de Venus y preguntando por ella, yo me fui junto con mis padres directo al bosque y su oscura profundidad.
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Venus, bajo su influencia. ©(Libro 1)
VampireEn Mistermed, un país lleno de misterios y habitantes poco comunes; Venus cambiará su vida, una joven de 19 años se topará con el chico que le hará descubrir cosas inimaginables. Cedric; un vampiro de 180 años con apariencia de chico de 20, regresan...