Capitulo 24. Rebeca Ferries, la venganza es un plato que se sirve frío.

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El plan de hacerla trotar por el tiempo suficiente funcionó de maravilla

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El plan de hacerla trotar por el tiempo suficiente funcionó de maravilla. Se veía tan débil, tan frágil, pero eso es algo clásico de los humanos. Cualquier obstáculo puede doblegarlos a tal punto de parecer esferas de cristal, son un simple saco de huesos y sangre... Presas tan fáciles.

Una parte de mí sabía que debía irse lejos de ahí para evitar los olores de Venus impregnadas en mi ropa, podría despertar la sospecha de Cedric y mi plan de enamorarlo se iría al desagüe.

La otra parte de mí quería ver todo el espectáculo de tortura que Mateus le tenía preparado a la tonta de Venus. Es un show único, ¿Cómo podría perderme tal cosa?

Me alejé un poco, pero luego de oír sus primeros gritos desgarradores no pude resistir tal tentación.

Me dirigí de nuevo hasta el centro del bosque, en lo más profundo de la maleza y oscuro del mismo. Dónde es súper seguro que nadie la escuchará por más que grite.

Al llegar la vi acostada en el suelo, Mateus le presionaba su brazo con su pie, evitando que se moviera de cualquier forma.

— ¿No te ibas a retirar? — me grita Mateus. — la estúpida me pateó las bolas.

—Lo haré luego de ver un poco lo que tienes para ella. — crucé mis brazos para observar con detenimiento.


— ¡Beca, no me hagas esto, por favor! — gritó ella mientras me miraba con dolor. Adoro esa mirada moribunda.

—Guarda silencio, idiota. — reclamo Mateus.

—Está gritando demasiado, métela en la cueva— sugerí. Mirando con asco a Venus.

Él asintió y la arrastró del cabello hasta unos pocos metros, justo donde quedaba la cueva, cubierta por un par de rocas enormes que la camuflan tan bien, no pareciese que hubiese alguna escondite ahí debajo.

Yo lo ayudé a retirar las rocas con cuidado y él ingreso a Venus, aun arrastrándola por el suelo, haciendo que se raspe la espalda con las piedras y tierra del mismo bosque.

Me impresionó ver el estado de la cueva, tenía todo un arsenal listo para torturar humanos.

— ¿Qué se supone que haces aquí dentro? — pregunté admirando a mi alrededor.

—Pues, no es por alardear, pero cuando me alimento, me gusta dividir mis porciones, todo un cuerpo posee varios litros de sangre, no puedo beber todo de un solo golpe— subió a Venus a una especie de mesa hecha con una piedra lisa en forma circular— prefiero ser precavido, no todo el tiempo tengo para beber sangre fresca.

Yo miré con desagrado los frascos de vidrio llenos de sangre coagulada de otras víctimas, no es la primera vez que secuestra a alguien, ya tiene experiencia. Me viene perfecto.


— ¿Estás segura que no vendrán por mí? Intenté luchar con ese tal Cedric la otra vez y casi me mata, no me alimento lo suficiente, soy algo débil en comparación de ese idiota— dice Mateus.


—No si lo haces rápido. Si no le damos chance de saber que Venus está desaparecida, no nos descubrirán.

Mateus le colocó un pedazo de trapo a lo profundo de su boca para ahogar todos los sonidos molestos, le ató los pies con una cuerda, los ató muy fuerte, lo mismo hizo con las manos; la volteo de espalda y las ató.

Al dejarla completamente inmovilizada, le arrancó la ropa cortándosela con el cuchillo filoso.

Dejó a Venus en sus prendas íntimas, no puedo negar que tiene un cuerpo muy bonito, hasta hoy.

—Es una lástima... Eres preciosa— le susurra Mateus a Venus en el oído, mientras que acariciaba su mejilla con el cuchillo.

— ¡No juegues con la comida Mateus! — grité asqueada.

Él le clavó el cuchillo varias veces en el abdomen mientras que Venus solo gritaba ahogada en el trapo, su rostro es increíble, DELICIOSO sufrimiento.

Ella intentó zafarse varias veces, pero no podía; las ataduras habían sido bastante fuertes, Mateus la presionó contra la contra la mesa de piedra, mientras que continuaba clavando el cuchillo tan fuerte que la sangre comenzaba a salir como un aspersor de agua.

Solo podía disfrutar como Venus sufría con intenso dolor sin poder gritar debido al trapo que mantenía ahogando sus gritos.
Mateus buscó con rapidez los frascos vacíos con restos de sangre seca y los colocó debajo de las heridas de Venus haciendo que toda la sangre cayera dentro del envase hasta llenarlo por completo.


Mientras que las heridas de Venus continuaban derramando su sangre, llenando aquellos frascos, Mateus mordía las piernas, el abdomen y los brazos para continuar succionándole la sangre. El rostro de Venus solo reflejaba dolor; sus lágrimas caían como una inmensa cascada, su piel se tornaba cada vez más pálida debido a la sangre que había perdido.

Por un momento sentí lástima por ella; varios años de amistad no podían ser ignorados fácilmente, sin embargo, para mí estos cinco años de amistad solo significaban algunos minutos de tiempo de toda mi inmortalidad, además, no puedo sentir lástima por una mujer que se acostó con el hombre de mi vida.

Merecía pagar las consecuencias de tocar algo que no es de ella y que por ley me corresponde.

Mateus se veía como todo un salvaje mordiendo, chupando, succionando y saboreando cada rastro de su asquerosa sangre. Es extraño, pero a mí no me provocaba en lo más mínimo. El olor a su sangre es muy diferente a la sangre de las personas que he asesinado.

No quería perder más tiempo allí, así que me despedí de Mateus, le recordé que nos teníamos que ver a la hora acordada y me marché a continuar con lo que quedaba de plan.

Tengo que reunirme con Cedric para no levantar sospechas. Actuar como la amiga que le prometí que sería, sin más ni menos.



Ya había visto suficientes del dolor y sufrimiento de Venus. Ya podía marcharme en paz sabiendo que había eliminado un obstáculo entre Cedric y yo, ahora continúa el resto del plan hacer que se enamore inevitablemente de mí.

Al salir de la cueva sentí una inmensa felicidad y satisfacción en mi pecho. No pude evitar la felicidad y comencé a reírme a carcajadas muy fuerte mientras que caminaba en dirección a salirme del bosque, por fin me había quitado a Venus de encima.

Me dirigí a mi hotel para darme un baño cambiarme de ropa ponerme lo más bonita y elegante para la ocasión y así daba chance de que Mateus eliminara por completo Venus.

Luego de unas 4 horas me dirigí nuevamente al bosque en el punto acordado con Mateus, él ya había terminado el trabajo, Venus está muerta.

— ¿Lo confirmaste? — pregunté.

—Así es. ¿Quieres verla? — él hizo señas hacia la cueva.

— Iuh, no, así está bien. Desaparece el cuerpo cuanto antes. No tardarán mucho en buscar a Venus en todos lados. — sugerí, luego de eso me marché para visitar a Cedric.

La orden que le había dado a Mateus es bastante clara, él tenía que picar las extremidades de Venus en pedacitos lo más pequeño posible y luego reunir todas sus partes para prenderlas en fuego, así no quedaría rastro ni de su aroma ni de su ropa ni de sus huesos, simplemente desaparecida.

Me marché de ahí para que él comenzara con su trabajo sin distracción.

Venus, bajo su influencia. ©(Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora