capitulo 21. Rebeca Ferries. LO QUIERO A ÉL.

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Me levanté de la cama enorme con sábanas y cobijas de seda, se sentían súper cómodas en mi piel, ya había oscurecido por completo

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Me levanté de la cama enorme con sábanas y cobijas de seda, se sentían súper cómodas en mi piel, ya había oscurecido por completo. Es mi hora de salir.

Dejé algo preocupada a Venus al irme así del centro comercial, es que mis negocios tenían algunos problemas y debía contestar llamadas que ella no puede oír, para ella yo soy una universitaria muy divertida y sin preocupaciones, pero en realidad soy una mujer con tanto dinero en la cuenta de banco que puedo vivir cómodamente muchos siglos. No exagero, gracias a mi querido padre tengo muchísimo poder y gracias a mi deseo de convertirme en vampira esto jamás acabará.

Mi estadía en el hotel es muy bien justificada, normalmente no suelo pasar mucho tiempo aquí en Mistermed, sin embargo, tengo razones importantes para quedarme por tiempo indefinido, esas razones tienen nombre y apellido, mis negocios están en diferentes países muy bien resguardados y dirigidos por mis hombres de confianza.

Gracias a mi poder, puedo tener el control de todo aun estando a distancia.

No pensaba quedarme en casa de Venus a pesar de estar sumamente cerca de Cedric, no me siento cómoda si no tengo todos los privilegios que me merezco, además de fingir comer siempre es agotador y asqueroso.

Aquí tengo la libertad de ser yo misma y no fingir todo el tiempo.

Me arreglé como siempre, mi sed comenzaba a aumentar, mi cuerpo da señales claras de que necesito un poco de hemoglobina recorriendo mi garganta.

Está noche usaré mi arma mortal, mi cuerpo y mi seducción instantánea.

Me puse mi vestido corto con descote en la pierna, moldea mi figura a la perfección y mi cabello suelto para dar una buena primera impresión. Es hora la hora de comer.

En el hotel hay una especie de bar/restaurant que facilita mi cacería, tengo elegancia hasta para eso, he conocido un montón de vampiros que cazan en la oscuridad del bosque, ocultándose como ratas para poder alimentarse de alguien o algo... Lo que se les cruce.

Yo soy más estratega, delicada con lo que consumo.

Al llegar al bar/restaurant siento los ojos encima de mí, no se me hace extraño, soy la mujer más hermosa de todo el lugar. Mis curvas, mis ojos, mi cabello, todo de mí es perfecto. No me molesta que me miren, es como intentar evitar que las obras de arte en los museos no sean observadas; es imposible.

Me acerqué al bar y algunos hombres me hicieron espacio para que pudiese ordenar alguna bebida, eso hice. "Martini doble" ordené.

Eché un vistazo a mí alrededor; soy bastante clara en lo que busco. Lo primero que hago al cazar es observar sus manos, si veo anillos de compromiso, boda, lo que sea... Están descartados; tienen familia y no busco ser la amante ni segundo plato de nadie.

Busco a alguien que no sea relevante en la vida de alguien; un soltero, turista quizá, joven y con venas muy jugosas.

Se me acercó un hombre cuyo aliento apesta a alcohol, se nota que es conocido en el pueblo por la forma que ordena más bebidas y las manda a anotar en su cuenta. No necesito un grupo de policías investigando por mi zona luego de hacerlo desaparecer.


— ¿Por qué tan sola, bombón? — dejando caer en mi pequeña nariz todo su mal aliento a alcohol y whisky barato.


—Aléjate— dije, mientras él solo asintió e hipnotizado se marchó.

¿A caso ya no hay hombres dignos en este lugar? Dios, muero de hambre.

Continúe buscando a los alrededores, diferentes mesas son algún resultado.

Mis ojos sé quedaron pegados en un joven que cumple con todas las condiciones de mi lista.

No dude ni un segundo en acercarme a él.

Está solo en esta mesa, sin anillo, sin un rastro de alcohol en su sangre, tampoco es un vampiro, ¡Bingo!

—Hola... ¿Puedo sentarme aquí?

Él asintió algo apenado, quizá es la primera vez que una chica tan bella como yo le dirige la palabra.

— ¿Qué haces aquí tan solo? — pregunté nuevamente haciéndolo entrar en confianza.

— E-eh solo estoy de visita un par de semanas por negocios...

¡Eureka!

— Te llevaré a mi habitación, camina a paso apresurado y espérame en la habitación 340 en el área VIP.

Él asintió justo como el otro chico, adoro a los hombres obedientes.

Luego de un par de minutos de que él se marchara yo me levanté y también continúe con mi camino hasta mi habitación.

Lo encontré de pie justo en frente de mi puerta, esperándome. La abrí y el ingresó de forma automática. Amo mi poder. A la hora de cometer un "crimen" como este aplico una serie de normas que me facilitan esto.

Primero les ordenó que se desnuden, así no se hace desastre innecesario, luego le pido que se meta en la bañera, es más fácil limpiar todo, fácil para los que limpiaran esto. Yo no limpio.

Venus, bajo su influencia. ©(Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora