Desperté gracias a los golpes provenientes de mi ventana, había quedado abierta y el viento la hacía chocar contra la pared.
Me levanté con dificultad y la cerré, no sin antes recordar que Cedric usa esto de entrada, miré a su ventana y vi cómo está cerrada. Por supuesto que volverá, él debe volver.
Mis ojos están hinchados por lo mucho que lloré ayer, ¿Por qué me dejó así sin más? De seguro hice todo mal, todo me está saliendo mal.
Mi celular comenzó a vibrar, no creo que sea Tony, nuestra discusión de ayer fue demasiado fuerte, quizá fui muy hiriente y dije cosas que no debí... ¿Será factible que hable con él? Justo ahora necesito un amigo.
Mi padre ingresó a mi habitación con el uniforme puesto.
— ¿Te desperté? — pregunta mientras entra con cuidado.
—No, pasa— me senté en la cama y le dejé un espacio para que se sentara conmigo.
—Solo pasé a saludar, anoche la pasamos muy bien con nuestros vecinos.
—Sí, son agradables.
—Bueno, supongo que aquí es cuando me dices que ese tal Cedric es tu novio y esa cena fue la excusa para presentarnos.
—No, no te preocupes.... No somos nada.
Mis ojos se pusieron llorosos, quería evitar derramar lágrimas en frente de mi padre, me levanté de la cama e intenté disimular lo que me pasa.
—Bueno, confío en que pase lo que pase me dirás la verdad. No es mal partido.
Mi padre se levantó de la cama y camino hasta la salida.
—Hoy llegaré tarde, cuídate por favor y no salgas... Las calles siguen siendo peligrosas.
—Sí, sí, tomaré mis prevenciones.
—Cuídate mucho, por favor... Ya falta poco para que salgas de este lugar y yo pueda estar más tranquilo.
—Lo tendré. — miré abajo, pensando en Cedric.
Se despidió de mí y se marchó al trabajo.
Regresé mi mirada al teléfono, no es Tony, es Rebeca.
"Hola, te espero en el centro comercial de siempre, en una hora, besos."
—Quiere verme, bueno, sería bueno intentar distraerme o quizá me dé un consejo sobre esto.
Me alisté, pensé en dejarle una nota a Cedric por si cambiaba de opinión y venía a verme.
"Saldré al centro comercial, vendré en un rato..."
No, no tengo por qué dejarle una nota. Dejé el papel sin terminar de escribir en mi escritorio y me marché. Mi madre ya se había ido al trabajo así que no hay problema, solo saldré un rato con Beca y regresaré.
El día hoy está lloviendo como de costumbre, todo lo veo más triste que antes.
Me detuve en la casa de Cedric, quería visitarlo, pero recordé sus palabras de ayer, fue muy claro cuando me dejó, no puedo obligarlo a estar conmigo.
En todo el camino no pude evitar sentir un nudo en la garganta de nuevo, Cedric se volvió parte de mi tan rápido y ahora que sé que me dejó me siento perdida.
Llegué al centro comercial, caminé por los alrededores, no vi a Beca en ningún lado, incluso ingresé al bar donde siempre entraba a tomar, pero tampoco estaba ahí. Decidí sacar mi teléfono y llamarla.
— ¿Beca? — pregunté.
—Hola.
— ¿Dónde estás? Ya llegué al centro comercial.
— Sí, te veo. — sentía su voz extraña, como si respondiera en automático.
Yo giré detrás de mí y la vi de pie justo enfrente, di un salto de miedo tan grande que dejé caer el teléfono al suelo.
— ¡Dios mío! — exclamé mientras que levantaba el teléfono del suelo, mirando la pantalla rota.
—Ay, ¿Se dañó? — pregunta ella, viéndome fijamente.
Yo asentí. Genial, ahora debo viajar sin un teléfono, el día no puede ser perfecto totalmente.
—Esto no va a arruinar mi día, Beca. — Le miró la cara— ¿Estás bien?
Luce algo triste.
—Estoy súper bien, acompáñame. — me quitó el teléfono dañado y lo guardó.
Ahora que la veo mejor, está usando ropa deportiva, nunca la he visto usar ese tipo de ropa.
— ¿A dónde vamos? — pregunté.
Comenzó a caminar en dirección contraria al centro comercial.
—A caminar un poco.
—No sabía que trotabas.
—Todos hacemos algo por primera vez, ¿No? Mírate a ti, follaste por primera vez hace poco, ¡Enhorabuena! — comenzó a trotar un poco más deprisa.
Yo no estoy en contra de ejercitarse, pero definitivamente trotar no es lo mío, tengo una pésima condición física y me canso demasiado, lo bueno es que me vine algo deportiva también, traté de seguirle el paso.
— ¡No tan rápido, Beca! — le grité.
Ella se detuvo en seco, y me esperó. No estaba sudando ni nada, no se veía cansada, es increíble.
—Sí que eres fantástica en esto. — me sujeté las rodillas para tomar aire, mi corazón latía al mil por ciento. — vaya, debería tomar en serio el deporte, soy pésima.
—Vamos, ya casi llegamos— Beca continúa trotando.
—No puede ser. — la miré trotando sin agotarse. Con toda la firmeza que tiene una atleta profesional.
La seguí con todas mis fuerzas, es una mujer asombrosa, con su estilo de vida llena de alcohol, sexo y demás nunca pensé que fuese tan buena en esto. No debo subestimar a nadie nunca.
Luego de unos cinco o seis minutos trotando me detuve casi sin aliento, ella se regresó a dónde estaba yo.
—Falta poco, vamos— me dijo.
—No puedo más, estoy agotada— tomé aire— pensé que sería una charla tranquila en un bar o algo así, lo que siempre hacemos.
—Ya no te lamentes, mira— señala a un lado, — ya llegamos.
Yo miré a dónde señaló, es el bosque. El bosque donde ese hombre extraño intento acabar conmigo. Mi corazón aceleró su ritmo y no por estar cansada, el pánico entro en mí.
—N-no, no, Beca.
— ¿Qué? — preguntó ella sin entender.
—No me gusta el bosque, Beca, hagamos otra cosa. — sugerí.
—No, cariño— me tomó por el brazo y me llevó con ella hasta el inicio del bosque— vamos a estar bien.
Yo intenté oponerme, pero su fuerza es increíble, ¿De dónde saca tanta así de la nada? Estoy desconociéndola un poco.
—Espera, Beca, no quiero ir ahí.
—Calma Venus, la pasaremos genial ahí. — continúo llevándome con ella.
Yo miraba a mí alrededor, el bosque estaba frío, oscuro y el ambiente muy tenso. No quiero hacerme ideas dónde no las hay.
— ¿Para qué quieres caminar todo este bosque, Beca? — pregunté. Evitando sonar nerviosa.
—Muy adentro del bosque hay un lugar callado donde amo meditar, es una buena manera de finalizar el ejercicio, ¿No crees? — dejó salir una sonrisa.
Yo intento no caer en el pánico, los flashback de esa escena, yo cayendo al suelo, él encima de mí a punto de acabar conmigo. No, no, no. Esto es diferente, Beca está muy tranquila, caminando confiada por todo este sendero oscuro y frío, cubierto por los árboles frondosos y sonidos extraños de animales.
No Venus, basta. Beca está caminando tranquila por aquí, tú también cálmate un poco, quizá tienes algo conocido como estrés post traumático. Eso que pasó ese día fue terrible, pero no se repetirá.
No sé exactamente cuántos minutos caminamos, quizá una hora, o tal vez dos. Ella continuaba luciendo fresca, calmada y hermosa. Yo por contrario; siento que mi pecho arde con cada paso, estoy sudando por todos lados y además, mis pies están muy agotados.
Cuando ya quería sentarme en el suelo, Beca se detiene y dice en voz alta:
— ¡Llegamos! — alzando sus brazos.
Yo miré a mi alrededor, no veía un lugar especial ni nada, sólo que estamos muy retiradas del pueblo, muy adentro del bosque.
— ¿Ahora qué? — pregunté nerviosa.
—Ahora... Querida Venus, vas a sentir todo lo que yo sentí ayer. — aplaudió dos veces y de la nada saltó en el medio de nosotras un hombre.
Yo por lo medio oscuro del bosque no logré ver al momento de quién se trataba, pero apenas dio un paso a la luz pude ver con claridad.
Se trata del que me atacó.
— ¡Tú! — grité asustada. — ¡Es el hombre, es el hombre!
No me salían las palabras completas del susto terrible que tengo.
— ¡Ese hombre, ese hombre! — repite Beca con un tono burlón llevándose sus manos a sus mejillas con asombro fingido— te diré algo sobre hombres, Venus... Existen más de tres millones de hombres en todo Mistermed y sin contar en el resto del mundo, ¡PERO TU DECIDISTE FOLLARTE AL MIO!
Me dio una patada tan fuerte directo en el estómago que me hizo escupir lo que parece sangre, mi cuerpo entero se sentía muy adolorido, me puse en posición fetal para aliviar un poco el fuerte dolor.
— ¿Por qué me estás haciendo esto, Beca? — llorando.
— ¡NO ME LLAMES BECA, PEDAZO DE MIERDA! — Se iba a lanzar sobre mí pero el tipo la detiene.
—No debes dejar rastros de su olor en tú ropa, recuerda... — colocando su mano en su hombro.
—Cierto, Mateus. Ese repugnante olor a humana a punto de ser descuartizada no la necesito en mi ropa.
— ¡Todo esto lo estás haciendo por Cedric! — exclamé decepcionada con la poca fuerza que me queda.
—Esta idiota, ¿No eres muy inteligente ahora, no? — Se sacude un poco su ropa— Cedric es intocable, exclusivamente mío. Tú morirás hoy por cruzar una línea prohibida.
« ¿QUÉ MIERDA ESTA PASANDO? » pensé, no podía hablar fuerte por el dolor tan grande que produce mi estómago, siento que quiero vomitar pero no tengo nada.
—Auxilio...— repetí, con una voz tan débil que dudo que alguno me escuchase.
Ambos comenzaron a reír fuertemente, el miedo inundó nuevamente mi pecho, mi mente, sentía que mi peor pesadilla estaba haciéndose realidad.
—Ahora, Venus, dejarás de existir en la vida de Cedric y seremos felices de una vez por todas. — se retira lentamente— ya sabes qué hacer con ella, Mateus. Nos vemos dónde acordamos.
Yo intenté levantarme para salir corriendo, en lo que logré ponerme de pie, veo que Beca corrió tan rápido que apenas logré ver su sombra.
— ¿Qué? — Murmuré— como es posible eso.
Por un momento pensé que quizá estoy alucinando por algún hongo del bosque y que justo ahora estoy inconsciente en medio del bosque. Todo se siente tan real, menos la actitud de Beca y que este hombre sea mi verdugo nuevamente.
—Aquí estás de nuevo, pelirroja— se acerca a mí y me acaricia el cabello.
Yo le retiré la mano de un golpe, y corrí lo más fuerte y rápido que pude, corrí como si mi vida dependiera de ello y literalmente lo hace. No miré atrás ni un segundo, sentía mis piernas tan débiles y agotadas por todo el trote que habíamos hecho recién.
Todo esto fue un plan malévolo de Beca ¿Por Cedric? Es increíble... Esto no puede estar pasándome.
Corrí tan fuerte, grité por ayuda mientras mi cuerpo continuaba en movimiento.
— ¡Ayúdenme, por favor, ayuda! — de pronto sentí un jalón fuerte en mi brazo, caí de espaldas lastimándome la cabeza.
— ¿A dónde crees que vas pelirroja? —pregunto Mateus.
— ¿Por qué me haces esto?— pregunté yo mientas lloro con desespero.
Él me dio una patada muy fuerte en la cara haciendo que me mareé de forma inmediata, sentí un pitido en mis oídos, estoy aturdida.
Se agachó para acercarse a mí.
— ¿Te pedí que hables? No, pelirroja estúpida.
Él solo dejo salir una carcajada muy fuerte, para luego decir:
—Esta vez nadie te salvará.
— ¿Por qué me haces esto? ¿Por qué matas personas?
¿Por qué Beca nunca me habló de Cedric si tan enamorada está? No entiendo nada.
—Que inocente pelirroja eres...— sacó un cuchillo filoso— eso es lo que hacen las personas como yo, soy un vampiro, Rebeca también lo es y ese tal Cedric también. ¿Nunca te contó? Que ilusa.
— ¿V-vampiros? — tartamudeo, pensé que solo eran leyendas urbanas que se contaban en el pueblo, mentiras populares, cuentos nada más.
Él clavó su cuchillo filoso en mi brazo, reabriendo la herida que me había dejado antes.
Yo comencé a gritar fuerte del dolor.
— ¡Ayuda! — mientras mis lágrimas no paraban de salir.
— ¡Grita todo lo que quieras! ¿Te ayudo? ¡Ayudenlaaaa! Está a punto de morir salvajemente, que alguien la salve— hizo una pausa— ¿Ves? Nadie viene a socorrerte.
No, no es posible que mi pesadilla se repita, ya tuvo una oportunidad para acabar conmigo, y no pasó, no debo permitir que me mate de esta forma... Mis padres, no sabrán dónde estoy, no les dije a dónde iba, que idiota soy.
Tanto que mi padre me enseñó para defenderme y ni siquiera sabrá dónde quedó mi cuerpo. No sé qué cosas me hará este monstruo, pero no puedo permitir que solo pase sin siquiera defenderme.
Mi padre sentiría vergüenza al enterarse que su hija fue encontrada muerta sin rastros de defensa, me dejé morir así sin más, sin siquiera luchar por la vida que me corresponde por derecho.
¡Debo luchar aunque sea lo último que haga! No me iré de este mundo sin dar todo lo que tengo.
Mateus es demasiado fuerte, pero igual intentaré luchar con todo lo que tengo; no puedo permitirme a mí misma caer de esta forma, morir de esta forma, mi padre no hubiese querido que yo muriese así, tengo que luchar por mi familia, porque quiero volver a verlos, porque no quiero que Rebeca se salga con la suya, aunque no entiendo porque está haciéndome todo esto a causa de un hombre, pensé que nuestra amistad vale mucho más que cualquier cosa, pero ahora solo veo que fue un simple acto, un simple personaje, no significa nada para ella.
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Venus, bajo su influencia. ©(Libro 1)
VampireEn Mistermed, un país lleno de misterios y habitantes poco comunes; Venus cambiará su vida, una joven de 19 años se topará con el chico que le hará descubrir cosas inimaginables. Cedric; un vampiro de 180 años con apariencia de chico de 20, regresan...