Longtae se había despertado de buen humor, ya que sabía que aquel día sería especialmente bueno, y no había quedado decepcionado. Tras dedicarse a avanzar con sus tareas universitarias, decidió disfrutar de la compañía de su padre. Usualmente, empleaba los fines de semana a destinar tiempo de calidad a su padre, ya que era cuando tenía mayor disponibilidad para él.
Tal como el neurólogo les había recomendado, cualquier estimulación cognitiva que pudiera recibir Khama sería bienvenida, pudiendo enlentecer el progreso de su enfermedad. Aunque en la actualidad todavía no existía un tratamiento efectivo para enfermos de Alzheimer que se encontraban en el estadio de su padre, podían acudir a determinados tratamientos de psicoterapia que le ayudarían a reducir al máximo las consecuencias negativas del avance de la enfermedad.
Para ello, la figura cuidadora se configuraba como esencial en el acompañamiento, habiendo contratado a tres de ellas para irse alternando en turnos y que no su trabajo no les dejara demasiado exhaustas. Las dos mujeres y hombre que configuraban el equipo tenían formación en enfermería y psicología, así como experiencia en el tratamiento de este tipo de pacientes, por lo que habían ayudado a Longtae en la explicación de las necesidades que requería su padre en el estado en el que se encontraba. El conocimiento había ayudado a Longtae a la hora de recibir la funesta noticia, dado que había sido impactante que, siendo tan joven todavía, su padre recibiera ese tipo de diagnóstico.
Uno de los aspectos primordiales para la mejora de Khama pasaba por configurar una rutina que fuera lo más similar posible a la que había mantenido con anterioridad a la enfermedad, por lo que las cuidadoras se encargaban de acompañarle en ello, intercalando ejercicios de memoria y de fisioterapia para fortalecer las redes neuronales subsistentes. También existían paseos al exterior, así como pequeñas excursiones por rutas próximas a la vivienda familiar que le permitieran socializar con el entorno, y la asistencia a un centro de día para que pudiera efectuar actividades en grupo.
El papel de Longtae pasaba por hacerle rememorar a su padre los recuerdos conjuntos que compartían. Los álbumes de fotografías y los vídeos caseros eran los grandes aliados para comentar los destinos a los que habían acudido, las fiestas de aniversario o los festejos varios que se habían celebrado anteriormente en aquella gran casa.
No resultaba una tarea fácil para su hijo, ya que con frecuencia terminaba drenado de energía, así como su estado emocional acababa deteriorado. La comparativa de su padre repleto de energía y vitalidad con el hombre que tenía delante era un firme recordatorio de que estaba perdiendo a su padre poco a poco. Sabía que la mortalidad de los seres humanos constituía por naturaleza la advertencia de que cada día la vida se iba apagando, estando más próximos a la muerte; sin embargo, el hecho de ver los efectos de una enfermedad crónica y degenerativa en la persona que amabas generaba mayor conciencia del fin de su existencia.
En cualquier caso, su padre no estaba completo. Khama había sido alguien repleto de vitalidad y con una mente brillante. No se trataba únicamente por la multitud de galardones que había ganado en su vida como escritor, sino que su progenitor era más creativo aún en su vida privada, cuando dedicaba su tiempo libre a su hijo. Había sido Khama quien le había permitido a Longte percibir y aprender de la vida de un modo distinto al tradicional, permitiéndole saborear cada pequeño instante que pasara por sus sentidos de forma más intensificada y original.
— ¿Vas a salir? —le preguntó Khama mientras se inclinaba junto a su hijo, visionando uno de los álbumes de su infancia.
—Sí. ¿Cómo lo sabes?
—Es tu perfume, sólo lo utilizas para las ocasiones especiales.
El rubor que podría haber nacido en los pómulos marcados y mullidos de Longtae se minimizó cuando pensó que era una buena noticia que su padre hubiera sido capaz de retener en su mente un hecho que era relativamente reciente, puesto que Longtae había empezado a acicalarse de aquella forma una vez había empezado la universidad.
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It's not the goodbye that hurts, but the flashbacks that follow (YokLongtae)
FanfictionLongtae acarrea varios problemas. Por un lado, sufre una crisis de creatividad, y cree que por ello debe cambiar sus estudios y abandonar la carrera de literatura que tanto le gustaba. Por otro lado, hace cinco años que su padre empezó a perderse en...