Capítulo VI (Yok)

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Yok estaba satisfecho con los frutos de su proyecto. Tenía diversos bocetos ya perfeccionados de distintas miradas de Longtae, pero sentía que todavía le quedaba algo por terminar de perfilar su concepto en la obra. No estaba preocupado, ya que todavía tenían tiempo para seguir trabajando y aquel chico era tan expresivo que solía representar cualquier aspecto emocional con su mirada, incluso aquéllos que Yok no había tenido en mente. Su transparencia y naturalidad le ayudaban a desarrollarse como artista, por lo que sentía que, finalmente, había encontrado al perfecto modelo que había estado esperando.

Además, pasar el tiempo con Longtae era especialmente interesante.

Aunque había visto el tipo de costosa casa en el que vivía, el escritor no estaba dotado del tipo de cualidades propias de quienes se encontraban en una situación privilegiada. Yok sabía que poseer un estrato social superior al resto no configura a las personas en cretinos de forma automática, dado que muchos de sus compañeros, o incluso sus amigos Black y White habían procedido de familias muy acomodadas, que se alejaban del tipo de problemas personales con los que el estudiante de Bellas Artes y su madre estaban obligados a lidiar diariamente. No obstante, resultaba más probable que una persona criada en una familia adinerada estuviera más desconectada de lo que le ocurría a la mayoría de la población, así como también de la precariedad en la que habían sido arrojados a vivir. Sólo si tenía interés en conocer y mezclarse con quienes no eran como ellos, podrían evitar caer en la imbecilidad moral.

En todo caso, Black e incluso White manifestaban personalidades perspicaces y astutas, mientras que Longtae parecía ser incapaz de actuar con intenciones ocultas o bajo algún tipo de plan.

La inocencia de Longtae parecía haber encandilado a su madre, ya que, a la mañana siguiente de haber pasado la noche en su casa, habían tenido su primer encuentro, habiéndose mostrado Longtae amable con la mujer. No sólo había intentado comunicarse, incluso disculpándose cuando Yok le explicó que su madre era sorda, sino que su cháchara había ido más allá de las meras cuatro palabras propias de una salutación cordial, por lo que su hijo había tenido que mediar como intérprete.

Según su progenitora, Longtae era un muchacho educado, gentil y vivaracho, y Yok había disfrutado de verla socializando, solamente interviniendo en su conversación como simple herramienta de comunicación entre los dos.

Para él era muy importante el modo en el que su madre era tratada por los demás. Habiendo fallecido su padre cuando era muy pequeño, su progenitora era quien debía aportar el sustento económico a la familia, siéndole muy dificultoso por los obstáculos que tenían las personas que ostentaban algún tipo de discapacidad. Tampoco era que la sociedad ayudara en la parte que le correspondía, puesto que los oyentes no estaban interesados en incorporar junto a ellos quienes eran incapaces de escuchar con sus oídos.

Yok consideraba que existían muchas formas de comunicarse, siendo el arte una de ellas, por lo que reducir las relaciones sociales a únicamente un lenguaje sonoro le parecía ridículo. Ni siquiera este lenguaje sonoro podía servir para todos los oyentes si empleaban diferentes lenguas para comunicarse.

Su madre podía comunicarse empleando el lenguaje de signos, por lo que no aceptaba a quienes la habían reducido a un simple mueble a quien no podían ni saludar cuando pasaban por su lado.

Probablemente su madre sería la persona que Yok más admiraba. Para él, aunque ella se negara a valorarse lo suficiente, era una auténtica heroína, dado que, estando en unas condiciones inferiores a sus homólogos, había sacado adelante a un hijo prácticamente sola, y quería ser completamente independiente, buscando un trabajo que la respetara y la dignificara como persona.

De todos modos, Yok no había querido que su madre soportara toda la presión del peso económico de la familia y, aunque ello hubiera generado diversas discusiones, él realizaba algunos trabajos temporales en verano que le permitían a la familia mantener una economía no tan apretada en su humilde distrito.

It's not the goodbye that hurts, but the flashbacks that follow (YokLongtae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora