Longtae acarrea varios problemas.
Por un lado, sufre una crisis de creatividad, y cree que por ello debe cambiar sus estudios y abandonar la carrera de literatura que tanto le gustaba. Por otro lado, hace cinco años que su padre empezó a perderse en...
Nuevamente, superé el límite de 4.000 palabras que me había propuesto T___T. Aunque esta vez fue muy levemente XD.
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Se sentía algo inquieto por la inversión de roles que se había originado entre él y Longtae. Conducir sin saber el destino le generaba cierto desasosiego, pero continuaba ejecutando las órdenes que le dirigía su acompañante. A pesar de ello, prefería conducir con Longtae sujeto a su cintura a tener al chico conduciendo su bicicleta detrás de él.
Al menos agradecía que Tian lo hubiera acompañado con su coche, de forma que Longtae se había visto obligado a dejar la bicicleta en su casa.
Probablemente, lo único útil que Yok podía ver en aquel tipo.
— ¿Falta mucho? —preguntó de nuevo.
—Eres muy insistente —preguntó Longtae—. ¿No sabes relajarte cuando no eres tú quién diriges?
Después del tiempo que llevaba conociéndolo, sabía que la oratoria de Longtae era más literal que metafórica, pero su mente juvenil no podía dejar de reírse internamente por el modo en que aquellas palabras podían ser interpretadas en un sentido menos inocente, cumpliendo parte de los anhelos que se encontraban ocupando los pensamientos de Yok.
A estas alturas, no podía negar que su modelo se había ido filtrando en él lentamente hasta llegar a habitar por completo en su interior. La presencia de Longtae se encontraba constantemente en su vida, a pesar de que físicamente se encontrara a gran distancia. El chico aparecía en sus sueños, del mismo modo que se entrometía entre sus pensamientos y en sus notificaciones de teléfono. Incluso cuando llevaban días sin reunirse, era como si Longtae hubiera pasado el día entero junto a él.
Había intentado evitar que sucediera. Todavía creía que no se merecía experimentar una relación nueva cuando Grumpa y Black habían muerto por haberse enamorado de la persona equivocada, por lo que no podía continuar viviendo su vida como si nada hubiera sucedido.
Y, por otro lado, sentía pánico a volver a confiar en alguien.
Anteriormente, Yok había sido alguien que confiaba con facilidad en los demás. Algunos lo habían catalogado como ingenuo, pero él mismo se consideraba un idiota que había puesto en peligro a las personas que quería por no usar bien su cerebro. Podía culpar a sus anhelos artísticos de fundamentar sus decisiones en sus sentimientos, pero su problema iba más allá de considerarse alguien profundamente emocional. No quería atribuir la responsabilidad de sus errores a elementos externos, sino que quería ser el tipo de persona que asumía las consecuencias de sus actos.
Se odiaba a sí mismo. Incluso cuando sentía aversión respecto a quienes repudiaban a su madre, aquella emoción jamás había alcanzado el nivel de intensidad de odio que sentía contra él mismo. El propio Yok desconocía que la mente humana fuera capaz de almacenar tremenda intensidad de odio contra una única persona. Aunque había sido testigo de la animadversión que Tawi le había provocado a Sean, vivirlo en sus propias carnes resultaba una experiencia difícil de expresar con palabras.
