En una ciudad donde las apariencias lo son todo, un grupo de amigos se encuentra en la encrucijada de la lealtad y la pasión. Entre risas compartidas y confidencias susurradas, se ocultan verdades que nunca deberían salir a la luz. JungKook, un miem...
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EunYoung sorbió su nariz mientras aferraba sus manos al lavabo en cuanto EunMin aplicaba crema en sus heridas hechas por el cinturón. Estaba usando sólo su brasier mientras su hermana le ayudaba.
— Unnie, esto no es justo. — mencionó en un susurro con su voz quebrada mientras veía a su hermana con los ojos llorosos y su nuevo moretón en la mejilla.
— Ya se durmió... no despertará hasta mañana al medio día y estaremos en clases. — murmuró bajito para tomar su camiseta y volverla a poner en su torso una vez EunMin terminó.
— Te juro que yo no hice nada de lo que decía... te lo juro. — suplicó con sus manos juntas y EunYoung la miró con pesar para separar sus manos.
— Te creo, EunMin... sé que por tu asma no eres capaz de hacer eso. — murmuró bajito y la más joven sorbió su nariz tras su reciente llanto.— ¿Nuevamente viste a JaeHyun? — preguntó con curiosidad, pues sabía que de los amigos de su hermana JaeHyun era quien fumaba.
— Sólo hablábamos del examen final del instituto y se encendió un cigarrillo, estuve por irme en cuanto empezó... papá nos vio antes y creó que yo fumaba también. — contó rápidamente y EunYoung le hizo un gesto para que se calmara.
— Esta bien, EunMin... te creo. — murmuró y la pelinegra limpió sus ojos mientras hacía un puchero.— Creo que ya tuviste suficiente... ¿Por qué no vas a descansar? — propuso con una suave sonrisa que le dolía por el labio lastimado. Ella asintió de acuerdo y se fue hacia la habitación, pues dormirían juntas.
EunYoung se miró en el reflejo y colocó sus dedos en el rostro para detallar la herida en su pómulo y su labio partido. En uno de los golpes de su padre ella se fue de bruces al piso y se golpeó el rostro con la mesa de centro. Al menos valió la pena ese último golpe porque en cuanto vio que sangraba él se detuvo y buscó ayudarla a levantarse. EunYoung simplemente se soltó de mala gana y se levantó para irse a su habitación en cuanto su padre soltó el cinturón y llevó sus manos a la cabeza para apretar sus cabellos.
Salió hacia la habitación y notó a EunMin ya acostada en la cama con la sábana hasta el cuello. Sonrió con ese detalle, puesto que desde pequeña dormía de esa forma. Su sonrisa se interrumpió en cuanto vio su teléfono encender y vibrar en la mesa de noche. Tenían todas las luces apagadas, por lo que no fue muy difícil verlo.
— ¿Quién es? Son la una de la madrugada. — preguntó en un susurro la mayor y EunMin miró la pantalla al estar cerca.
— Unnie, es JungKook. — la mayor resopló desganada y simplemente se fue hacia el teléfono para mirar su nombre en la pantalla.— contéstale. — animó en un susurro y la otra la miró con rostro de "¿es en serio?"
