En una ciudad donde las apariencias lo son todo, un grupo de amigos se encuentra en la encrucijada de la lealtad y la pasión. Entre risas compartidas y confidencias susurradas, se ocultan verdades que nunca deberían salir a la luz. JungKook, un miem...
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JungKook se encontraba escribiendo unos apuntes para la clase de cálculo, necesitaba presentar el último examen del semestre para así descansar de las materias. Por suerte llevaba pasada cada una de ellas.
Suspiró sintiendo la mirada de alguien y levantó la mirada para notar a HoSeok frente a él, quien le sonrió un poco antes de murmurar.
— JungKook, quisiera hablar contigo luego de la clase ¿te parece? — el pelinegro asintió a la sonrisa compradora de su amigo y lo vio con un poco de extrañeza.
Continuaron la clase de cálculo hasta pasadas las tres de la tarde, se levantó de su puesto mientras recogía sus cosas y luego una chica se le acercó con sonrisa amable.
— ¿JungKook? — él la vio fijamente mientras colgaba el bolso en su hombro y ella continuó.— Te solicitan en coordinación.
Él suspiró y le asintió. Se temía pero ya sabía para qué lo llamaban.
— ¿Te parece si hablamos luego? — le dijo a HoSeok y este asintió tranquilo.
— ¿Todo bien? — preguntó el castaño y JungKook lo miró sin ganas.
— Te cuento luego. — prometió y el chico castaño y alegre le asintió de acuerdo.
Al salir y caminar por el pasillo pudo ver a EunYoung sentada en una banca afuera del mismo mientras escribía algo en su libreta. Ella levantó la mirada por inercia, como si hubiese sentido su presencia, así que le sonrió con suavidad; esa hermosa sonrisa que le podría alegrar la vida entera. Él no se la pudo devolver y ella lo notó, lo miró extrañada frunciendo el ceño en cuanto lo vio pasar de largo hacia las oficinas administrativas de la facultad.
Al abrir la puerta JungKook se encontró con la amable mujer de la coordinación de los matriculados en su facultad, le devolvió la sonrisa y ella le hizo señas para que se sentara frente a ella mientras terminaba de hablar por teléfono. Una vez que terminó, colgó la llamada y miró fijamente al chico dándole una sonrisa.
— Buenos días, joven Jeon. Le he llamado aquí porque me gustaría platicar con usted sobre el tema del pago de sus estudios. — él asintió con su rostro neutral, sabía de antemano lo que iba a decirle, más sin embargo se sentía nervioso.
— Me quitarán la beca ¿no es así? — preguntó con la voz un poco temblorosa por sus nervios.
Ella suspiró y juntó sus manos por encima del escritorio.
— Me temo que sí, JungKook. — él bajó la mirada y asintió.— el señor Lee llamó a nuestras oficinas para cortar lazos de pagos de matrículas becadas por su empresa en cambio su hija, la señorita YooJin se inscribió por cuenta propia y no bajo la empresa de su padre. — murmuró. Él suspiró bajando la mirada al escritorio, un tanto perdido en sus pensamientos.— Eres un gran estudiante, JungKook, estás a punto de graduarme y es una pena que la financiación del señor Lee haya finalizado justo ahora... puedes continuar el siguiente semestre si pagas la matrícula y...
