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۰⸼ ۫ ~La Verdad Escondida~ ۫ ⸼۰

۰⸼ ۫ ~La Verdad Escondida~ ۫ ⸼۰

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Aquel chico recién salido del gimnasio donde practicaba boxeo suspiró agotado, había sido una larga jornada de entrenamiento y lo único que quería era tomar una ducha y acostarse a dormir, ya era de noche y lo necesitaba para ir fresco a clases al día siguiente.

Recibió un mensaje en su teléfono y lo vio con desánimo para luego suspenderlo. La verdad a veces le agotaba que YooJin le dijera que quería verlo a tan altas horas de la noche, cuando él estaba cansado del día a día.

Hacía unas semanas había ingresado al club de boxeo y se había ganado la confianza del dueño del gimnasio para ir a entrenar luego de su trabajo de medio tiempo por la noche. Cosa que sólo él sabía, pues si le decía a YooJin que estaba trabajando en un bar en las noches le daría un infarto.

Y no, no era por estar preocupada de que él no durmiera casi, sino porque para ella eso era caer bajo en la sociedad. Ironía, pues ya había caído bien profundo en la sociedad.

La verdad es que lo necesitaba para cubrir gastos, y no podría ganar mucho, pero necesitaba aportar algo en su casa hasta terminar al menos la carrera, una que estudiaba a base de la beca otorgada por el padre de YooJin; quien se ofreció a pagarle los estudios al novio de su hija para cumplir su "capricho" según él.

No quería aceptarlo, pero en parte había aceptado salir con ella por esa oportunidad que le ofrecía.

No es que no la quisiera, porque con el tiempo se había acostumbrado a su presencia y había desarrollado un sentimiento muy lindo por ella... aunque su insistencia en pasar todo el tiempo juntos le empezaba a ahogar, por esa razón decidió entrar al club de boxeo.

YooJin era muy linda, no negaba que estaba agradecido de poder estudiar la carrera que quería gracias a ella. Pero tampoco podía podía negar el hecho de que ha estado muy confundido estos últimos tres meses, más específicamente desde que inició su secreto con EunYoung.

Pensaba que sólo era un desliz de una noche para ambos, pero se convirtió en algo más cuando su deseo por ella aumentó con los días; quería besarla casi a diario y eso era incorrecto.

Pero luego le valió mierda todo y se acercó a ella para volver a besarla y acariciarla... hasta estar a donde estaban ahora. Aunque ya había acabado.

Tomó su bolso y llevó el teléfono a su oreja en cuanto recibió una llamada de ella.

— YooJin voy saliendo del Gimnasio... — se quejó en un murmullo serio y ella insistió mientras él cerraba el gimnasio.— estoy cansado, de verdad... — siguió insistiendo y él suspiró mientras caminaba a su moto. Quería que fuera a su casa pero él no quería.— YooJin, nos vemos mañana en la universidad ¿Sí? — luego de conseguir su aprobación se despidió y colgó la llamada.

Deseo en la Sombra © JKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora