En una ciudad donde las apariencias lo son todo, un grupo de amigos se encuentra en la encrucijada de la lealtad y la pasión. Entre risas compartidas y confidencias susurradas, se ocultan verdades que nunca deberían salir a la luz. JungKook, un miem...
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Una semana había transcurrido desde que no la veía y era una tortura para él. Quería saber de su bienestar y no podía hallar el momento para acercarse, porque siempre algo se lo impedía.
EunYoung se había ausentado una semana, aunque estaba consciente de que le entregaba los trabajos a sus profesores. Igual todo eso no le quitaba la intriga, temía que hubiese sido victima nuevamente de su padre.
— JungKook. — murmuró YooJin mientras observaba su perfil. JungKook estaba recostado de un muro mientras miraba a la nada, estaba perdido en sus pensamientos.— JungKook. — repitió para hacerlo reaccionar, volteó a verla y ésta prosiguió.— ¿Qué tienes? Estás muy extraño... — preguntó un poco preocupada y él miró a otro lado para volver a su rostro.
— Estoy bien... es sólo que estoy pensando en el proyecto que debo entregar mañana. — mencionó restando importancia y luego sacó su teléfono para revisarlo y no seguir en ese tema de conversación.
— No hablo sólo de hoy, Kook... me refiero a que tienes días actuando extraño. — él levantó la mirada del teléfono y lo suspendió mientras soltaba un suspiro.
— ¿Con extraño a qué te refieres? — preguntó haciéndose el desentendido aunque parecía más bien cansado.
— Bueno... normalmente me contestas los mensajes hasta que nos despedimos, cosa que no pasa desde hace días... No aceptas las salidas que te propongo o cuando te invito a casa, o... insistes en salir del tema de conversación; como lo estás haciendo ahora. — mencionó con tono serio y luego dejó caer sus hombros.
— Estoy pasando una etapa, es normal. — se encogió de hombros y ella lo miró expectante.— Estoy a punto de graduarme, estoy pensando en mi futuro luego de esto y todo lo demás... — confesó. En parte eso también rondaba por su mente, pero no era exactamente lo que lo tenía perdido.
— ¿Y por qué no lo quieres hablar conmigo? — preguntó con tono entristecido mientras le hacía ojitos de cordero. Le tomó la mano por los dedos y él la miró fijamente con la cabeza un poco agachada por la altura que le sacaba a su novia.
Lamentablemente su consciencia era malvada, y por esa razón intentó buscar en ella lo que veía en cierta chica que rondaba su cabeza desde un tiempo atrás... pero nada.
En verdad estaba enamorado de EunYoung. Ya lo habia confirmado a través de la mirada que su novia le daba.
YooJin era linda y la quería, había logrado que la quisiera mucho... pero EunYoung llegó y se llevó su corazón completo, como una niña pequeña que agarra algo suyo y lo abraza para que nadie se lo quite... así mismo lo tenía ella a él.
Mentalmente sonrió con el pensamiento y reaccionó ante la realidad cuando suavemente sacó su mano del agarre de ella. Ajustó su bolso bajo la mirada confundida de la hermosa castaña y después le dio una mirada sincera.
