En una ciudad donde las apariencias lo son todo, un grupo de amigos se encuentra en la encrucijada de la lealtad y la pasión. Entre risas compartidas y confidencias susurradas, se ocultan verdades que nunca deberían salir a la luz. JungKook, un miem...
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— ¿EunYoung, atiendes la mesa seis? Aún estoy algo ocupada con la tres. — MinJi pidió con algo de apuro mientras el ambiente ocupado parecía agobiar a muchos.
— De acuerdo. ¿Pero me la debes, eh? — la otra chica sonrió de forma linda como acostumbraba a hacer y EunYoung prosiguió a atender sus mesas. La verdad se sentía un poco mejor, pero seguía con ese dolor de estómago incrementando poco a poco.
Habían pasado dos semanas desde que había hablado con HoSeok, y le asustaba que no habían sabido nada de YooJin desde aquel tiempo. JungKook mencionó cuando se reunieron, que YooJin no le había vuelto a escribir o buscarlo en el gimnasio, por una parte para él era bien eso; se sentía menos agobiado, pero también era una tortura constante para EunYoung. Y como se lo dijo la última vez: Si Eun sufría, él lo hacía también.
HoSeok le había contado dos días antes que YooJin había viajado con sus padres y hermanos a una isla para pasar sus vacaciones, suponiendo que era la Isla Jeju se quedó un poco tranquila.
Por otra parte su relación con JungKook se mantenía normal, pero desde que se encontraron en aquel mirador sólo se habían visto un par de veces, decisión tomada por ambos a raíz de lo ocurrido con YooJin. Se extrañaban entre sí y no había un día que no hablaran por videollamada o mensajes, pero en persona no habían podido verse; aunque a todo se sumaba que JungKook estaba ocupado en su trabajo y EunYoung en el suyo.
— Perfecto, su orden será traída en unos minutos. — mencionó con una agradable sonrisa hacia la pareja joven sentada en la mesa.
— Gracias, tu atención ha sido la más perfecta que hemos tenido desde que llegamos al país. — mencionó el joven y guapo chico. EunYoung miró a la chica de cabello rojizo y esta le sonrió ampliamente.
— ¿Sabes? no había visto a una chica a la que le quedara tan hermoso un color de cabello como ese. — Mencionó con una amable y ladina sonrisa, Eun de inmediato se sonrojó.
— G-Gracias. — agradeció de forma tímida y luego hizo una reverencia para alejarse y continuar con su trabajo.
Al pasar una hora y media la pareja se habia retirado, por lo que Eun debía recoger todo. Mientras recogía, se dio cuenta que la pareja le había dejado una propina; muy buena y en dólares. Era una buena cantidad a comparación de las que había recibido anteriormente.
— Vaya, les caíste bien. — murmuró MinJi a su lado y EunYoung sonrió.— ojalá a mi no me hubiesen tocado tacaños el día de hoy. — murmuró con un puchero molesto y EunYoung soltó una carcajada.
— Eran tus clientes ¿te parece que compartamos mitad y mitad? — propuso y la chica la miró con sorpresa.
— Claro que no. — dijo exaltada con una sonrisa.— tu los atendiste, el dinero es tuyo. — le palmeó el brazo y la chica sonrió agradecida.— además necesitas el dinero, guárdalo para tus estudios. — murmuró y luego le guiñó un ojo para retirarse.
