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Cuando Mingyu llegó a su hogar, lo primero que hizo fue limpiar la casa por completo. A lo mejor así, su padre no se enoja tanto.

También se animó a preparar algo en la cocina; una de sus primeras recetas, unas galletas.

Mingyu sabía que posiblemente eso no compensa que Minho tenga que ir a la escuela mañana. Pero al menos le gustaban las cosas que Mingyu preparaba.

Pero además de estar preocupado por la reacción de su papá, también pensaba en Wonwoo.

Había escrito algunas palabras en una servilleta a la hora del almuerzo, pero cuando revisó la servilleta, enseguida pensó que no era bueno. ¿Qué se supone que le escriba a Wonwoo?

Mientras esperaba que su papá llegará del trabajo, y dejaba las galletas enfriarse, Mingyu fue a su cuarto. Tomó la foto de Wonwoo en sus manos y la miró.

Tal vez no era que no supiera que escribirle, a lo mejor solo le daba miedo plasmarlo en palabras, pues ¿Cómo vas a condensar todo un corazón lleno de sentimientos en una hoja de papel?

«Pero no solo tiene que ser una hoja» y no se refería a que podían ser más, como 2 o 3, sino que, además de escribirle, le diría y le demostraría.

Mingyu tuvo una idea.

Salió rápido de la casa y fue directamente a la tienda. ¿Qué era lo único que se podía igualar al sabor dulce de los labios de Wonwoo? Solo los caramelos.

Ya le había dado uno una vez, pero esta vez le daría más. Aunque no volvería a usar eso de los dulces de limón y uva, si no que, volvería darle besos de chocolate.

Así que Mingyu tomó todos los kisses de chocolate.

Y se fue otra vez a casa, aunque se encontró con su padre bajando del auto.

Justo lo que Mingyu no quería; que su papá viera que había comprado un montón de chocolate.

—Te saldrá acné de tanto chocolate.
Le dijo Minho a su hijo.

Ambos entraron a la casa. El aroma a dulce se mantenía por todo el lugar.

—No es para mí.

—Y supongo que esas tampoco.
Dijo refiriéndose a las galletas.

—Supones bien. Esas son para tí.

—¿Y ahora qué hiciste?
Preguntó Minho revisando que las galletas no estuvieran tan calientes.

Mingyu suspiro. Paso rápido a su habitación, a dejar los chocolates y a tomar el citatorio.

Y luego fue de regreso a entregarlo a su papá.
—Ten.

El mayor leyó el papel.
—Mingyu, ya habíamos hablado de esto.

—Lo sé. No volverá a pasar.

Minho suspiro.
—Claro que no. Estás en último año, no deberías saltarte clases solo porque te aburres.

Y es que ni siquiera había comenzado con las asesorías de una forma más rigurosa. Solo estudiaba de vez en cuando.

—Es la última vez que te causo estos problemas. De verdad.

—Mas te vale. Y estás castigado.

—Pero te hice galletas ¿No es suficiente?

—No...—. Minho volvió a suspirar, últimamente no había pasado tanto tiempo con Mingyu como solía hacerlo antes, entre el trabajo y demás cosas, quizá a su hijo le molestaba o preocupaba algo y él ni en cuenta. —No es la primera vez que haces esto, pero Mingyu, ya eres estudiante de último grado ¿Qué tanto haces fuera de las clases que sea más importante que prepararte para la universidad?—.

Friday i'm in love [Minwon/Meanie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora