Friday i'm in love [Minwon/Meanie]

12

Cuando Mingyu terminó de recoger las cartas, salió por fin para dar el pase a sus invitados, pero se encontró solo con Wonwoo.

—¿Y los demás?

—Pues Minghao si te había dicho que se tenía que ir, y Jun se fue con él.

—Ah... ¿Quieres pasar?
Dijo Mingyu haciendose a un lado para darle el pase.

Wonwoo pensó que sería demasiado incómodo estar solo los dos en la casa. Así que mejor dijo; —¿Qué tal si mejor damos una vuelta?

—Vale, como tú quieras.

Mingyu cerró la puerta y se sintió más aliviado, pues también creyó que sería un ambiente incómodo si solo estaban ellos dos en la casa.

No tomaron rumbo particular hasta que llegaron a una tienda de conveniencia, compraron un par de helados y ambos fueron hasta el parque para sentarse en los columpios.

—Así que ¿solo viniste hasta acá para verme?
Dijo Mingyu mientras abría la envoltura de una paleta helada doble.

El parque estaba relativamente solo.

Era algo agradable, ambos chicos comiendo helado sentados en los columpios, incluso era algo infantil considerando que el próximo semestre ya estarían en la universidad.

Wonwoo miró a Mingyu.

Había esperado que llegará el momento, y quizá este lo era. ¿Qué más podía pedir? Estaban solos, cómodos con su presencia, y Mingyu ya había sacado el tema de porqué estaban ahí juntos.

Así que Wonwoo tomó aire, sintió su corazón latir un poco más rápido.
—Si. Bueno, no solo eso, en realidad quería decirte que me gus...

—¡Espera!...—. Mingyu lo interrumpió, estaba sonrojado, pues sabía que era lo que Wonwoo quiso decir. —De verdad me muero de ganas por escucharte decir eso, pero ¿Podrías esperar y decirmelo mañana?—.

«Si tuviera una carta ahora, no le pediría eso»

—¿Hasta mañana?
Wonwoo se extrañó. Habían pasado todo lo de hoy para que le diga que siempre no, que hasta mañana.

El helado comenzaba a ablandarse.

—Por favor. No creas que no quiero escucharte, porque de verdad que sí quiero.

La expresión de súplica de Mingyu fue suficiente para que el corazón de Wonwoo también se ablandara.

—Jaja, okey, te lo diré mañana. Pero prometeme algo; no lo dirás antes que yo—.

Prácticamente ya había sido el primero en decirlo.

Mingyu le extendió un dedo meñique, para sellar la promesa.
—Lo prometo.

Wonwoo sonrió y unieron sus dedos. Se separaron casi enseguida.

Y continuaron comiendo, pues el helado se derretía.

—Aunque... si quieres puedes demostrar con acciones lo que ibas a decirme.
Dijo Mingyu quien ya tenía toda la boca manchada de helado derretido, incluso su uniforme se había manchado, en especial la corbata, debió cambiarse de ropa cuando estaba en casa.

—¿Algo así como un juego de charadas o mímica?

Wonwoo, quien también aún traía el uniforme puesto, buscó con la mano libre en su bolsillo, para sacar una servilleta, y extendersela a Mingyu.

Quien no podía tomarla debido a que había separado los dos palitos de la paleta y ahora parecía que tenía dos. Así que sus manos estaban ocupadas.

—No necesariamente así...—.