━❪ I can't help but love you
Even though I try not to
I can't help but want you
I know that I'd die without you
▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃
En donde Ayax sueña cada noche con Percy Jackson ambos viviendo como una pareja feliz y en...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Sabes, no eres muy amable, Ayax. —comentó el rubio frente a él, Ayax solo le dedicó una salvaje sonrisa antes de volver a arrojarse contra él, con su hacha entre sus manos y apuntando directamente al pecho del contrario.
El rubio atajó el filo del hacha con su propia espada y pronto el ruido del metal chocando incesantes veces los siguió durante su feroz batalla, a veces siendo amortiguado por el propio ruido de la naturaleza.
Si algo amaba Ayax, además del chico frente a él, eran las peleas.
Le gustaba pelear por la adrenalina, se extendió por su cuerpo como un incendio forestal al rojo vivo, atrapó sus venas hasta la punta de sus dedos donde temblaban alrededor del hacha que sostenía con fuerza, desviando y esquivando ataques mientras sentía las fuertes olas del mar chocando contra su espalda.
Las peleas lograban que Ayax sienta una embriagadora emoción que no podía conseguir con nada ni nadie más, hacía que su respiración se entrecortara mientras miraba a su oponente cargar contra él.
Ya sea que esté en un sueño o no, Ayax siempre querría pelear y se alegraba de tener a Rubio allí para ser el mejor rival que había conocido en su vida, además de su propio padre por supuesto.
La bendición de Ares se encontraba presente en cada momento que Ayax blandió su hacha, aquella que le fue otorgada en su noveno cumpleaños al llegar al campamento mestizo.
—¿Yo no soy amable? Creí que hasta ahora estaba mostrándome más que amable contigo, bonito. —Ayax le guiñó un ojo, observando como el rubio frente a él rodaba los ojos.
—¿Crees que voy a creerme eso? Estás usando todas tus fuerzas contra mí y aún así...
Rubio liberó una de sus manos de la espada dorada, y Ayax en ese preciso instante adivinó lo que estaba a punto de suceder.
—No... Otra vez no. —se quejó, observando como esta vez fue el rubio el que le dedicó una salvaje y traviesa sonrisa, su mano libre se movió hasta su pecho formando una garra contra su corazón para luego empujar fuertemente contra el aire y logrando que el mar frente a ellos se revuelva impaciente.
Antes de que Ayax pueda reaccionar sintió como era arrojado hasta la orilla, abatido por las fuertes olas impactando contra él y que el rubio había direccionado.
Su hacha había caído por el impacto pero con un solo movimiento de su mano Ayax la atrajo de vuelta hacía él.
—¿Estás bien? —unos ojos azules lo observaban con divertida curiosidad desde arriba, Ayax bufó fastidiado, podría responder algo sarcástico, pero prefirió tomar el tobillo del rubio y hacerlo caer justo a su lado—. Auch, eso no era necesario.
—Tampoco era necesario usar tus poderes. —se quejó Ayax, dando media vuelta en la arena para enfrentar al rubio que le sonreía triunfante.
—Oh vamos, no te dolió, exagerado. —dijo el chico frente a él, girando para enfrentar también a Ayax—. Hace un tiempo que no pasas por aquí, ¿encontraste algo más interesante que yo?
