011. Ayax no sabe respirar abajo del agua como yo

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Me encantaría contar que tuve una profunda revelación durante mi caída, que acepté mi propia mortalidad, que me reí en la cara de la muerte, etcétera

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Me encantaría contar que tuve una profunda revelación durante mi caída, que acepté mi propia mortalidad, que me reí en la cara de la muerte, etcétera.

Pero mi único pensamiento era: ¡Aaaaaaaaaahhhhhh!

Percy sintió como el viento le arrancaba el aire de los pulmones y lo último que observó antes de sentir una fuerte rafaga de agua chocar contra él, fue cómo Ayax se arrojaba del puente al no poder alcanzarlo.

Espera, ¿qué?

Ayax había dejado su hacha en el borde del puente pero él ya no se estaba sosteniendo de ella, no, estaba dispuesto a literalmente morir con Percy.

¿Será ese su castigo? ¿Está atado a mí? ¿De todos modos si yo muero él también lo hará?

En lo único que Percy puede pensar antes de impactar contra el río es en cómo habría llegado Ayax hasta el puente de Atenea, y la manera en la que se encontraba cuándo llegó: tan pálido, con ojeras cubriendo sus ojos y con una mirada peligrosa en sus iris que Percy sólo había logrado observar los segundos que Ayax se arrodilló para hablarle.

Pero todos sus pensamientos acerca del hijo de Ares se apartaron de él momentáneamente al sentir cómo su espalda chocó contra el agua.

Creyó que la caída lo mataría desde el momento en que no pudo sostenerse más de la barra de metal, pero entonces el agua lo había rodeado en medio del aire y lo había dirigido directamente al océano frente a él.

Y no solo la caída no lo mató, si no que no sintió ningún dolor en absoluto, es más, hasta podía sentir cómo el veneno de la quimera se desvanecía de su cuerpo y cómo las heridas abiertas que tenían comenzaban a curarse con el solo contacto con el río.

Sentía cómo comenzaba a hundirse hacía el fondo del río, como las burbujas comenzaban a hacerle cosquillas mientras observaba todos los desechos que se encontraban dando vueltas por el mar.

Estaba conteniendo la respiración durante todo ese tiempo y finalmente siente cómo sus pies chocan contra el lodo al final de todo.

Rápidamente intentó impulsarse contra esta para volver a subir pero sintió cómo uno de sus pies había sido atrapado entre el lodo, sin posibilidad de dejarlo salir.

Sus ojos se mantenían abiertos, y mientras luchaba por sacar su pie de allí buscó con la mirada en dónde habría caído Ayax, pero sin lograr encontrarlo, hasta que entonces una luz resplandeciente se asomó por en frente suyo, logrando que Percy entrecierre sus ojos.

Aún con ambas manos en su propia pierna, intentando escaparse del fuerte agarre, como si realmente hubiera algo que lo estuviera sosteniendo allí en ese lugar.

—Tienes miedo. Está bien, Percy...

Frente a él, seguía acercándose esa luz brillante que pronto comenzó a cobrar forma, de una mujer del color del agua, un fantasma en la corriente, flotando justo frente a él.

✓WAR OF HEARTS, Percy JacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora