━❪ I can't help but love you
Even though I try not to
I can't help but want you
I know that I'd die without you
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En donde Ayax sueña cada noche con Percy Jackson ambos viviendo como una pareja feliz y en...
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Sin forma ni sentido del tiempo, no sabía si estaba perdido en su propia consciencia o si se trataba de algo más que se encontraba fuera de su control.
No podía verse a sí mismo pero sabía que ya no estaba en el mundo que él había conocido, aún una parte de sí mismo se sentía ardiendo pero Ayax no podría decir con exactitud que parte.
Tal vez simplemente se había desmayado y solo estaba soñando aunque sintió que ese había sido un destino demasiado gentil para él, algo que un sujeto como Hefesto no le otorgaría a un hijo de Ares, como si todo hubiera estado diseñado para que sea él quien llegue a sentarse a ese trono.
No sabía con exactitud en dónde se encontraba, no sentía que hubiera llegado al Inframundo, las veces que fue allí antes nunca se encontró así de oscuro, no sabía de qué se trataba pero sentía muy internamente que no se trataba de nada bueno.
Ese lugar no tenía límites ni referencia alguna que lo pueda ayudar a entender o comprender en dónde se encontraba o cuál era exactamente su estado, suspendido en un completo limbo, solo acompañado de sus incertidumbres.
En lo único que Ayax puede pensar es en Percy, porque siente que es lo único que tiene sentido cuándo ya todo el sentido se perdió por completo.
La sensación de estar atrapado en aquél lugar se estaba volviendo cada vez más abrumadora y con los segundos contados Ayax sentía como la imágen de Percy lentamente se desvanecía.
Necesitaba al menos una pizca de claridad, algo de lo que poder aferrarse en medio de la negrura infinita que lo rodeaba, pero no había nada, absolutamente nada.
Las dudas comenzaron a consumirlo lentamente mientras luchaba por una respuesta, ¿ese sería su final? ¿ya no habría manera de escapar, nunca jamás?
Cada vez se sentía más desorientado y angustiado y pensó que aquello era probablemente lo único que tendría en su muerte, angustia.
No había puntos de referencia, ni sonidos ni formas para orientarse, sólo el silencio opresivo y el vacío absoluto.
Preguntas sin respuesta ataladraban su mente sin descanso, pero ninguna a la que pueda ponerle sentido, el rostro de un chico rubio de ojos celestes lo perseguía pero Ayax comenzaba a tener dificultad para recordar quién era exactamente.
En algún momento y no sabe exactamente cuánto ha pasado, comenzó a creer que jamás podría salir de allí y se acostumbró a no saber absolutamente nada de su entorno.
Acostumbrado al silencio absoluto que lo rodeó, a las incertidumbres que le llegaban y simplemente aceptó todo, tal vez ese sería el nuevo ciclo de su existencia, hasta que de pronto, todo cambió.
Fue lento, pero constante.
Estaba allí y Ayax pudo notarlo porque hasta el momento no había absolutamente nada a su alrededor que la cualquier modificación sería tan notoria al tan solo llegar y allí estaba, sonando en lo profundo de aquél vacío indescriptible, como si alguien lo estuviese llamando en lo más profundo de su mente.
