Capítulo 17. Adiós

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Faltaba solo una semana para que Daniel iniciara sus vacaciones. Tenía ganas de desconectar y descansar tras una intensa temporada en la agencia de duro trabajo. 

Con la nómina de junio había recibido una sustanciosa recompensa en comisiones que había aumentado su cuenta considerablemente. Podría gastar el dinero sin escrúpulos durante sus vacaciones, sin embargo lo que más le apetecía era acostarse tarde, despertarse todavía más tarde, quedarse embelesado observando las puestas de sol, pasar horas y horas leyendo un buen libro, haciendo interminables puzzles... 

Y lo que le sorprendió gratamente, a pesar de que hacía tiempo que lo tenía olvidado, es cuánto le apetecía sumergirse de nuevo en la escritura, sin pretensiones, sin pensar en su novela inacabada, sólo por el placer de escribir.

En cambio, Irma tenía otros planes para él, para sus vacaciones y para su tiempo libre. Lo había apuntado a un viaje a Ibiza con el velero de un amigo, tenía reservados unos días en un hotel de lujo de Formentera y había confirmado su asistencia a un sinfín de eventos que ocupaban prácticamente todas los fines de semana estivales.

En cuanto apareció con un calendario repleto de círculos rojos, rodeando cada uno de los eventos previstos, Daniel sintió una oleada de estrés y abatimiento.

Antes de que ella empezara a describir todas las actividades que tenía organizadas para el segundo fin de semana, Daniel la interrumpió para explicarle cómo él tenía pensado disfrutar de sus vacaciones.

—¡Oh vamos, Dani, no seas aburrido!

—¡Esa es la palabra! —exclamó Daniel —Quiero aburrirme.

—No hablarás en serio —le increpó Irma.

—¿Y por qué no? Hace tanto tiempo que no tengo tiempo para aburrirme, que no me importaría recuperar esa sensación.

—¡Venga ya! Las vacaciones están para hacer cosas, para viajar, para salir, ¡para disfrutarlas! Te estoy ofreciendo un sinfín de oportunidades geniales ¿y tú quieres desaprovecharlas?

Daniel se quedó pensando un instante. Acababa de verlo claro. Todas esas oportunidades que le ofrecía Irma no eran las que él quería. Había estado mascando las palabras que dijo Carlos en la última conversación que tuvo con sus amigos y cada vez iba viendo con mayor claridad lo que bullía en su interior, lo que había empezado como una nueva ilusión que había ido creciendo poco a poco, hasta convertirse en el gran empujón que necesitaba.

—Verás, Irma, agradezco tu interés y todo ese abanico de posibilidades que me ofreces, pero he tomado una decisión —empezó a explicarle Daniel —. No voy a ir contigo a ninguno de esos sitios. Quiero quedarme en casa, quiero descansar, desconectar, estar solo. Quiero escribir.

—Entiendo —dijo Irma, claramente ofendida—. Veo que ya has hecho tus planes.

—Tú también has hecho los tuyos.

—Sí, pero contando contigo, Dani.

—No te equivoques Irma. Me has incluido en ellos, pero no has contado conmigo —continuó Daniel.

Tras un breve silencio, Irma añadió:

—Pero yo al menos sí te he incluido en los míos, que es más de lo que has hecho tú ¿no crees? Yo siempre he dado más que tú por esta relación. He tomado la iniciativa en todo, Dani, yo fui la que te dije...

—Tienes razón, Irma —le interrumpió Daniel—. No tengo ganas de empezar una discusión llena de reproches.

—¿Reproches? ¡Por favor, Dani! Ni siquiera he empezado con mi lista, empezando por que fui yo la que dejó a su novio para estar contigo, y tú...

Una para cada unoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora