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El equipo de voleibol de Karasuno se consideraba gente seria y formal, muy dedicados a los entrenamientos y a mejorar su rendimiento.
O lo eran hasta que empezaron a notar como el entrenador Ukai entraba y salía del gimnasio, hablaba con alguien más en la entrada y discutía levemente con el profesor Takeda sobre algo.
Debían de admitir que eran unos chismosos, pero estaban curiosos sobre lo que estaba sucediendo.
—¿Será que nos organizaron un partido de práctica con otra escuela?—preguntó Hinata, mientras se asomaba por la ventana del gimnasio para poder ver la conversación.
—Si fuera eso, el profe Takeda ya nos lo hubiera dicho—comentó Nishinoya, inclinando su cuerpo para ver si conseguía un mejor ángulo para ver—. Él no se guarda esas cosas.
—¡Quieren bajarse de allí antes de que lo rompan!—regaño Sugawara—. Sea lo que sea, no debe distraernos, tenemos trabajo que hacer.
Daichi asintió, estando de acuerdo con las palabras de su amigo, e iba a instruirlos a que regresaran a la cancha cuando noto que Tsukishima estaba anormalmente en su celular, tecleando con rapidez.
Y no era eso lo raro, sino que se veía feliz. No sonreía, pero desprendía una calidez que jamás había visto.
El equipo se dedicó a hacer pases y saques para intentar concentrarse, aunque sus caras irradiaban de curiosidad cuando la puerta se abrió una última vez, dejando ver a su entrenador y profesor siendo acompañados por una chica.
Los balones no tardaron en encontrar el suelo luego de que todo el equipo se volteara a verla.
La mayoría se quedó medianamente embobado por su apariencia; los de tercero y segundo no la reconocían de sus clases, así que asumieron que era de primer año. Se le quedaron admirando el cabello claro que le bajaba por los hombros y el uniforme de la escuela que le quedaba inusualmente bien, además de ¡diablos!, lo alta que era.
No es como si nunca hubieran visto a una mujer, pero desprendía un aura de autoridad y seguridad total que daba miedo sostenerle la mirada.
Algunos incluso compararon esa imagen con la de su manager Kiyoko, solo que ella daba más miedo que la misma chica de tercero.
