✧──Escenario #7

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Special episodes for my special girl

El lenguaje de amor de Dai son las palabras de afirmación.

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[porque mi niña merece sus episodios de desarrollo]

Tsukishima caminaba en busca de una farmacia abierta para comprar vendajes cuando escuchó dos voces al otro lado de la carretera

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Tsukishima caminaba en busca de una farmacia abierta para comprar vendajes cuando escuchó dos voces al otro lado de la carretera.

La noche era silenciosa, por lo que podía oírlos perfectamente, a pesar de estar separados por casas y negocios.

—¿Siguen peleados?

Hubo silencio, antes de que contestaran.

—Sí... pero no necesitas preocuparte por eso Tadashi.

Kei se detuvo en seco al reconocer las voces de ambos. Sabía que Yamaguchi había estado entrenando con uno de los amigos del entrenador Ukai para hacer los saques flotantes, lo que no le cuadraba es el motivo por el que estabas con él tan tarde en la noche durante un día de la semana.

—Me preocupo porque ambos son mis amigos, no me gusta verlos más amargados de lo normal—comentó Yamaguchi mientras botaba el balón.

—Gracias por eso...—hubo una pausa—. Realmente me tiene pensando.

—¿Eh? ¿Qué cosa?

Hubo otro silencio; entre una mezcla de enojo y curiosidad, Tsukishima se asomó desde donde estaba para verlos. Le estabas acariciando la cabeza a Yamaguchi en una pausa que hizo.

—Jamás te he dicho lo orgullosa que me siento de ti, Tadashi, pero siempre lo estoy, porque veo cómo te esfuerzas por lo que te gusta y, sobre todo, ver que lo disfrutas tanto hace que tiemble de felicidad—dijiste mientras desordenabas su cabello—. Pero con Kei, me preocupa que no encuentre algo que lo motive, si de por sí actúa como una máquina.

—¿No querías arreglarte con él?

—Para Kei, el voleibol es solo un deporte más, si es que se le puede considerar pasatiempo; la diferencia está en que, hasta un pasatiempo, hace que quiera evolucionar...

Dai comenzó a caminar hacia una bolsa apartada, la cual agarró antes de volver a hablar.

—Si la hoja de arruga, te enojas; si pierdes el saque, te frustras, pero si lo deseas, aprendes de eso y continuas; Kei no tiene esa voluntad.

—¿Tsukki no te ha contado, no?—negaste—. Ya que, no seré yo quien te lo cuente, pero te aseguro que no odia el voleibol.

—El punto no es que lo odio, solo...

Tsukishima empezó a correr para escapar de tus siguientes palabras, sean cuales sean, pero pudo oír el último trozo.

—Quiero que sea feliz con cualquier cosa que haga.

¿Por qué se interesaba tanto con ese tema? No la involucraba en lo más mínimo, pero siempre preguntaba, siempre cuestionaba a pesar de recibir la misma respuesta seca todo el tiempo.

Seguro podría utilizar sus habilidades en muchos otros deportes y obtener la misma sensación de vacío e ímpetu que llegaba luego de cada partido. Como ella había dicho en su reciente pelea.

Pero no era así. Simplemente no.

Porque le gustaba analizar a los fuertes y derrotarlo; porque le gustaba la sensación de detener el balón luego de un poderoso remate; porque le gustaba el horrible hormigueo que llenaba su mano cada que terminaba el set.

Lo amaba, ya no podía negarlo. Ahora solo quería que ella lo notara.

"Quiero avanzar" pensó con cada saque.

"Quiero seguir" pensó cuando vendaban sus dedos dañados.

"Déjenme continuar, solo un rato más"

Ganando contra Shiratorizawa, Tsukishima se sentía anormalmente satisfecho, pero faltaba una cosa más.

Al final del pasillo, la figura de Dai se ennegrecía por el contraste de la luz, como si fuera un jefe final al que debía enfrentarse; ni se movía, ni hablaba y él tampoco se acercó.

Pero de pronto, los brazos de ella se enrollaron en su cuello y lo atrajeron a su persona.

Eres mi más grande orgullo, Tsukishima Kei.

Su cuerpo temblaba mientras lo acariciaba, como si hubiera mil cosas que pudiera decir o hacer en ese momento, pero se dedicó a repetir la misma frase, una y otra vez, como si el objetivo fuera que se le grabaran esas palabras en su subconsciente.

El cuerpo de Tsukishima estaba sudado y pegajoso, dos cosas que Dai odiaba con toda su alma y que trataba de evitarlas cada que él terminaba los entrenamientos. Sin embargo, aquí estaba, aferrada a si cuerpo, como si de un salvavidas se tratase.

—Jamás dudes de los sentimientos que tengo hacia ti, porque aunque hagas babosadas, yo siempre te apoyaré.

Tsukishima se permitió apoyarse en el cuerpo de su novia, sintiéndose aliviado de por fin terminar una guerra interna.

En este momento estoy rezando para que se entienda lo que quiero transmitir en este cap, si no tocó ponerlo en los comentarios

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En este momento estoy rezando para que se entienda lo que quiero transmitir en este cap, si no tocó ponerlo en los comentarios.

Midnight Moon // Tsukishima Kei StuffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora