╭─────•☪•─────╮ Tsukishima es el tipo de compañero que no te pasaría la tarea, no importa cual sea el motivo por el que no la hiciste. ╰─────•☪•─────╯
[Aclaro que aquí están en secundaria, no están en Karasuno]
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—Y asegúrate de conseguir de conseguir la tarea ¿okey, señorita Hara?—indicó una de las secretarias, tu asentiste y agradeciste por su atención para luego salir de la dirección de la escuela. El día de ayer te dio un refriado fuerte por lo que no asististe a clases.
Empezaste a caminar hacia tu salón de clases pensando a quien le podías pedir sus apuntes para copiarlos, ya que, digamos, tu salón estaba lleno de idiotas con dos neuronas. Suspiraste resentida mientras abrías la puerta del aula, repasando con la mirada a quien podías acudir por ayuda.
Una pequeña luz se asomo en tu vista cuando miraste a Tsukishima sentado en su banco con los audífonos puestos; habían intercambiado muy pocas palabras pero sabias que era una persona responsable con sus estudios. No lo pensaste dos veces y te acercaste a el.
—Tsukishima—le llamaste; este levanto un poco la mirada para observaste pero no dijo nada, solo hizo una mueca para que continuaras—. ¿Me puedes prestar tu libreta para copiar los apuntes de ayer?
El rubio se quedo mirándote unos segundos para luego hablar:
—No.
Tu cara se deformo a una mueca incrédula, sin embargo, no le reclamaste; rodaste los ojos fastidiada y te dirigiste a tu banco.
—¡Tsukki! ¡Buenos días!—saludó Yamaguchi al mencionado cuando entro al aula.
Fue como si otro rayo de esperanza lo iluminara, por lo que te acercaste a él rápidamente.
—Yamaguchi.
—¿Oh? ¡Buenos días, Hara!
—¿Será que me puedas prestar tu libreta para copiar los apuntes?—preguntaste rápidamente y con algo de miedo de que también te dijera que no; no sabias que ibas a hacer si las dos únicas personas responsables del salón se negaban a ayudarte.
—Claro, espera—Yamaguchi rebusco en su mochila un minuto para luego sacar una libreta de color azul.
Agradeciste al de pecas por su amabilidad y te retiraste. El chico era un sol.
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