Capítulo 5: entre luces y sombras

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Mientras Carlota era llevada a otro pueblo, Anartz se embarcó en una intensa búsqueda para encontrar la misteriosa rosa. Su determinación lo llevó a rincones del bosque que nunca antes había explorado, y finalmente, entre la frondosidad de las ramas, descubrió la ansiada rosa. Con cuidado, la guardó en su hogar, decidido a esperar el momento adecuado para usarla.

A pesar de tener en sus manos la clave para romper la maldición, Anartz enfrentó una encrucijada. El llamado del baloncesto seguía resonando en su corazón, y su deseo de ayudar a los aldeanos de Lunaris en la luz del día se volvía cada vez más fuerte. Decidió dividir su tiempo entre practicar su deporte favorito y brindar su ayuda a la comunidad.

Mientras tanto, en el otro pueblo, Carlota se encontró en una posición inesperada. Los habitantes, impresionados por su valentía y habilidades, la instaron a convertirse en su líder. Aunque su corazón anhelaba regresar a Lunaris, la responsabilidad hacia estos nuevos aliados pesaba sobre sus hombros.

Anartz, al enterarse de la nueva situación de Carlota, se enfrentó a una elección difícil. ¿Usaría la rosa para liberarla de su maldición y arriesgarse a perderla a causa de sus nuevas responsabilidades? O ¿esperaría el momento adecuado, manteniendo la esperanza de que Carlota encontraría una manera de regresar a Lunaris?

Mientras la aldea de Lunaris prosperaba bajo la luz del sol y el baloncesto de Anartz, el destino tejía sus hilos, entrelazando las vidas de los amantes separados por sombras y deberes. La rosa, silenciosa testigo en la casa de Anartz, esperaba desvelar su magia en el momento adecuado, cuando el equilibrio entre la luz y la oscuridad se inclinara a favor del amor.

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