capítulo 14: Sueños Despiertos: Lunaris Abraza su Destino

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Bajo la luz de la luna llena, Anartz y Carlota se preparaban para dejar atrás Lunaris. El Beso Dorado había liberado sus destinos, pero nuevos desafíos se presentaban en el horizonte. La aldea, aunque agradecida por la ruptura de la maldición, observaba con mezcla de tristeza y esperanza mientras la pareja se encaminaba hacia su nuevo capítulo.

Carlota, consciente de sus responsabilidades con los narcotraficantes, se despidió con lágrimas en los ojos de los amigos y familiares que habían sido testigos de su historia de amor. Anartz la apoyaba en silencio, sosteniendo su mano con firmeza mientras se dirigían hacia la mansión del hermanastro de Carlota, donde encontrarían refugio.

Al llegar a la majestuosa mansión, ambos se sumieron en un ambiente de lujo y elegancia. Las habitaciones amplias y los pasillos suntuosos contrastaban con la sencillez de Lunaris. Carlota, ahora líder de los narcotraficantes, tenía una reunión crucial que determinaría el curso de sus nuevos caminos.

La mansión se llenó de susurros mientras Anartz y Carlota se adaptaban a su nueva vida. Las responsabilidades y desafíos del mundo exterior se interponían en su amor, pero la fuerza del Beso Dorado les recordaba que estaban destinados a enfrentar juntos cualquier adversidad.

En la reunión con los narcotraficantes, Carlota mostró su determinación y astucia, ganándose el respeto y la lealtad de aquellos que veían en ella una líder formidable. Anartz, siempre a su lado, apoyaba cada decisión con valentía y lealtad.

Así, en la mansión del hermanastro de Carlota, comenzaron a tejer su nueva vida. La pareja, decidida a vivir según sus propias reglas, exploraba las pasiones que los impulsaban: el boxeo y el baloncesto. Entre las sombras de la mansión, la historia de Anartz y Carlota continuaba, marcada por la fuerza de su amor y la determinación de forjar su propio destino.


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