capitulo 34 entre espejismos

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Después de disfrutar de la emotiva sorpresa preparada por Anartz, Carlota y él se abrazaron bajo el cielo estrellado, sintiendo la calidez del fuego de la hoguera y el amor que compartían.

Carlota: (Sonriendo) No sé cómo pudiste planear algo tan hermoso, Anartz. Realmente me has sorprendido.

Anartz: (Mirándola a los ojos) Todo lo hice por ti, cariño. Quiero que cada momento que pasemos juntos sea especial.

Carlota: (Conmovida) Lo has logrado, Anartz. Este es un recuerdo que atesoraré para siempre.

Después de un momento de silencio lleno de emociones, Anartz y Carlota se sentaron juntos frente a la hoguera, compartiendo historias y risas mientras el fuego crepitaba a su lado.

Anartz: (Mirando las llamas) Este lugar es mágico, ¿verdad? Me siento tan afortunado de estar aquí contigo.

Carlota: (Asintiendo) Sí, es como si el tiempo se detuviera. Solo estamos tú y yo, disfrutando de este momento juntos.

Mientras hablaban, el sonido suave de las olas rompiendo en la orilla llenaba el aire, creando una atmósfera de paz y serenidad.

Anartz: (Tomando la mano de Carlota) ¿Qué te parece si hacemos un pequeño ritual para sellar este momento?

Carlota: (Intrigada) ¿Un ritual?

Anartz: Sí, algo simbólico para marcar este momento especial entre nosotros.

Carlota: (Sonriendo) Me encanta la idea. ¿Qué tienes en mente?

Anartz: (Levantándose y extendiendo la mano hacia Carlota) Ven conmigo.

Carlota, curiosa, se puso de pie y siguió a Anartz hasta la orilla del mar. Allí, bajo el resplandor de la luna y las estrellas, Anartz y Carlota se miraron el uno al otro con amor y complicidad.

Anartz: (Sosteniendo la mano de Carlota) Quiero que cerremos los ojos y sintamos la energía de este lugar. Escuchemos el sonido del mar y sintamos la brisa en nuestra piel.

Carlota asintió y cerró los ojos, concentrándose en el entorno que los rodeaba. Poco a poco, comenzaron a sentir una sensación de paz y conexión con la naturaleza que los rodeaba.

Anartz: (Bajando la voz) Ahora, quiero que hagamos una promesa el uno al otro. Una promesa de amor y compromiso.

Carlota: (Con voz suave) Estoy lista.

Anartz: (Mirándola a los ojos) Cariño, prometo amarte y cuidarte en cada momento de nuestras vidas. Prometo estar a tu lado en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad. Eres mi luz, mi amor, mi todo.

Carlota: (Emocionada) Amor, prometo amarte con todo mi corazón y ser tu apoyo incondicional. Prometo estar contigo en cada paso del camino y nunca dejarte solo. Eres mi roca, mi felicidad, mi vida.

Una vez que hicieron sus promesas, Anartz y Carlota se abrazaron con fuerza, sintiendo el amor y la conexión entre ellos. El sonido suave del mar y el resplandor de la luna los envolvían en un aura de serenidad y tranquilidad.

Anartz: (Besando la frente de Carlota) Te amo, Carlota. Eres mi todo.

Carlota: (Acercándose a Anartz) Y yo te amo a ti, Anartz. Eres mi mundo entero.

Con la promesa de amor sellada entre ellos, Anartz y Carlota regresaron a la hoguera, donde pasaron el resto de la noche abrazados, compartiendo sus sueños y esperanzas para el futuro.

Mientras tanto, en la mansión, Martín, Samuel y el hermanastro de Carlota disfrutaban de una tranquila noche juntos, compartiendo risas y conversaciones mientras planeaban nuevas actividades para los días venideros.

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