capítulo 33 Brillo bajo las estrellas: Una sorpresa en la playa

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La mañana siguiente, Carlota y Anartz estaban ocupados preparando las maletas para sus tan esperadas vacaciones en la playa. Martín les ayudaba con los últimos detalles mientras Samuel, y el hermanastro de Carlota, se mantenía en segundo plano, aún ajustándose a su nueva situación.

Carlota, tratando de alejar cualquier rastro de la tensión de la noche anterior, sonrió y le dijo a Anartz: Amor, estoy emocionada por estos días juntos. Olvidemos todo lo demás y disfrutemos de nuestras merecidas vacaciones.

Anartz, correspondiendo a la sonrisa de Carlota, asintió y dijo: Tienes razón. Estoy listo para relajarme y disfrutar contigo. ¿Están listos, chicos?

Samuel, Martín y el hermanastro de Carlota quedaron solos mientras Carlota y Anartz se alejaban para disfrutar de sus vacaciones en la playa. La atmósfera en la mansión se calmó, y los tres hombres se miraron entre sí, conscientes de que la vida debía seguir adelante.

Martín, rompiendo el silencio, dijo: Creo que todos necesitamos un poco de tranquilidad. ¿Qué les parece si hacemos algo divertido estos días? Algo que nos distraiga.

El hermanastro de Carlota, aún adaptándose a su nueva libertad, asintió con entusiasmo. Samuel, siempre dispuesto a aprovechar el momento, sugirió: Podríamos organizar una barbacoa en el jardín, invitar a algunos amigos. ¿Qué opinan?

Así, mientras Carlota y Anartz disfrutaban de la playa, el resto de la casa se preparaba para crear nuevos recuerdos y fortalecer sus lazos durante esos días.

Carlota y Anartz llegaron a la casa de playa con la emoción de unos días relajados frente al mar. Decidieron bajar a la playa para tomar el sol y disfrutar de la brisa marina. Mientras extendían la toalla en la arena, Anartz preguntó: ¿Qué te parece si pasamos el día aquí, solo tú y yo, sin preocupaciones?

Carlota, sintiendo la suave arena bajo sus manos, respondió con una sonrisa: Suena perfecto, Anartz. Necesitamos estos días sin preocupaciones. Solo tú, yo y el sonido del mar. Anartz asintió, disfrutando del momento y añadió: Exacto, dejemos atrás todo lo demás y aprovechemos este tiempo juntos.La pareja se relajó, sumergiéndose en la serenidad de la playa y compartiendo risas mientras disfrutaban del sol y la brisa marina.

Al día siguiente...

Anartz, al despertarse cariñosamente, notó la ausencia de Carlota en la cama, donde debería haber estado. Confundido y un poco preocupado, miró alrededor, buscando a su futura esposa.

Anartz: ¿Carlota? ¿Dónde estás, cariño?

Sin obtener respuesta, comenzó a llamarla por teléfono, pero no contestaba. La preocupación comenzó a crecer en él mientras se preguntaba por qué Carlota no estaba allí.

Anartz, preocupado por no encontrar a Carlota, la buscó intensamente por la playa, el bar y el hotel, preguntando a cada persona si la habían visto.

En el bar, Anartz se acercó al dueño, visiblemente preocupado:¿Has visto a mi novia Carlota por aquí? No la encuentro y estoy bastante nervioso.

Dueño del bar: No, Anartz, no la he visto. ¿Estás seguro de que vino aquí?

Anartz asintió y salió del bar con la inquietud marcada en su rostro. Luego, se dirigió al hotel donde se hospedaban. En la recepción, preguntó al encargado:

Anartz: Disculpa, ¿has visto a mi novia Carlota por aquí? Estoy bastante preocupado, no la encuentro en ningún lado.

Recepcionista: Lo siento, Anartz, pero no hay registro ni de salida, ni de la entrada de Carlota aquí. ¿Probaste la cala donde le gusta ver el amanecer?

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