capítulo 8: la revelación del corazón

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Anartz, decidido a liberar a Carlota de la maldición y construir un futuro juntos, se dirigió a la casa de Carlota en el pueblo. La rosa mágica, símbolo de esperanza y amor, se aferraba a su mano mientras enfrentaba el desafío que cambiaría sus vidas para siempre.

Al llegar a la casa de Carlota, Anartz se sorprendió al descubrir que ella era, de hecho, la jefa de los mafiosos que habían amenazado a Lunaris. El corazón de Anartz latía con una mezcla de shock y amor incondicional. En ese momento, comprendió que, aunque el pasado de Carlota estaba marcado por sombras, su amor por ella permanecía inquebrantable.

El deseo de salvarla, de quitar la maldición y tener una vida juntos, se convirtió en su enfoque principal. Sin embargo, consciente de la peligrosa posición de Carlota, Anartz decidió acercarse a ella como un paisano común, sin revelar su verdadera identidad de hombre lobo.

El enfrentamiento fue tenso. Anartz, disfrazado como un chico normal, intentó salvar a Carlota del peligro inminente que los mafiosos representaban. En un momento crítico, cuando la vida de Carlota pendía de un hilo, Anartz luchó contra la duda y la confusión, recordándose a sí mismo que ella era el amor de su vida.

Con valentía, Anartz se enfrentó a los mafiosos, arriesgando su propia vida para proteger a Carlota. En el momento álgido de la confrontación, cuando el destino de ambos estaba en la balanza, Anartz reveló su verdadero ser como hombre lobo, sorprendiendo a Carlota y a los mafiosos por igual.

Las emociones estallaron en ese momento de revelación. Carlota, atrapada entre la lealtad a su oscuro pasado y el amor inesperado de Anartz, se vio obligada a tomar una decisión que cambiaría el curso de sus vidas. La rosa mágica, testigo silencioso de este drama, esperaba desplegar su poder curativo y unir a estos dos amantes atrapados entre las sombras y la luz

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