Bajo el resplandor plateado de la luna, Carlota salió de la ducha, envuelta en un halo de vapor. Anartz, al cruzar la puerta, la encontró con una sonrisa traviesa. Sus ojos se encontraron, y una chispa juguetona llenó el aire, rompiendo la solemnidad del momento.
La complicidad entre ellos creció mientras compartían risas y gestos cómplices. Entre toallas y risas, la conexión entre Anartz y Carlota se fortaleció, dejando espacio para la ligereza en medio de la incertidumbre que los rodeaba.
Decidieron salir al jardín, bajo la luz tenue de la luna. Con elegancia, pidieron al servicio y a los narcotraficantes que se retiraran, buscando un momento íntimo a solas. El jardín, ahora vacío de testigos, se convirtió en el escenario perfecto para disfrutar de la cena y explorar los matices de la nueva vida que habían elegido juntos.
Sentados a la luz de la luna, compartieron risas y sus sueños, sumergiéndose en una conversación que iba más allá de las apariencias y expectativas externas. Entre susurros y miradas profundas, se abrieron el uno al otro, compartiendo los anhelos y temores que surgían en su camino.
Con el susurro de las hojas en el jardín como fondo, Anartz y Carlota se acercaron más. La cena, preparada con esmero, se convirtió en una experiencia compartida, cada bocado acompañado de risas y complicidad. Bajo la luz de la luna, se sintieron libres y conectados, lejos de las sombras del pasado y las expectativas ajenas.
Finalmente, bajo el manto de estrellas, Anartz y Carlota se miraron con amor y complicidad. El momento propicio para un beso bajo la luz de la luna había llegado, y el jardín, testigo silente de su historia, celebraba el amor que había surgido entre ellos.
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SOMBRA DE AMOR
FantasyNO ADAPTAR: NI HACER PLAGIO: DE LA HISTORIA En la oscura y mística aldea de Lunaris, donde la luna llena tenía un significado especial, vivía un joven llamado Anartz. Este chico, aparentemente común durante el día, ocultaba un secreto: al caer la no...