La Entrevista

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Sonaba la alarma a las 6 am y la albina solo deseaba que todo se paralizara para seguir durmiendo, sentía sus parpados rendidos y hubiera descansado bien sino fuera por la intromisión de la madrugada de su amiga, lo que le trajo a colación algo importante ¡hoy sería la oportunidad de su vida para mejorar la situación económica de su familia! Consiguiendo con ello el ánimo que necesitó para levantarse con todos los ánimos posibles, escogió la ropa para el trabajo algo formal, una falda negra tallada, una camisa blanca de mangas largas y un chalequeen a juego, algo formal, pero practico, se bañó, vistió y perfumo, desenredo su larga cabellera platinada, apresuro el paso hacia la cocina donde preparó un rápido pero rico desayuno, bajando Tristán a tiempo.

Tristán: buenos días mamá

Elizabeth: buenos días mi cielo ¿Cómo despertó el príncipe de la casa? (besándolo cariñosamente en la frente)

Tristán: hubiera dormido mejor si mi compañera de cuarto no se hubiera puesto a saltar sobre la cama en la madrugada (a lo que Elizabeth sonrió nerviosamente, aunque Tristán era su hijo, a veces ella se sentía como la menor, ya que al infante nada se le escapaba)

Ellie: ¡perdón! Mi caballero sacro, pero es que tu tía diana, me levanto.

Tristán: ¿mi madrina? ¿y eso? (preguntando curioso)

Ellie: agárrate Tristán... ¿Cómo te parece que a tu mami le salió una propuesta de trabajo?... que digo una propuesta... es LA PROPUESTA CARIÑO... prestaciones, seguro, buen salario y el contrato es anual. Muy pronto te podre comprar el carro que querías de juguete (demostrando lo emocionada que estaba al menor que a pesar de su edad mostraba gran madurez y entendimiento, para entender no solo de lo bueno que implicaba esa noticia para su situación económica actual que también comprendía a la perfección, sino que le daba alegría por ver a su madre más relajada en el acto)

Tristán: que bueno mamá eso me alegra mucho, pero pensándolo bien no quiero ya ese carro. (sonriéndole tiernamente)

Elizabeth: ¿Qué? ¿Por qué no? (sorprendida)

Tristán: solo quiero que mami siga feliz y enserio no comentes sobre que eres madre soltera, no quiero que esos ejecutivos creídos te hagan de lado, será nuestro secreto ¿Qué te parece?

Elizabeth: hay mi cielo, sabes que te adoro, acepto el trato y me encanta tener un hijo como tú, acaso no puedes ser más increíble.

Tristán: ¿enserio crees eso mami?

Elizabeth: por supuesto que si mi campeón... anda pillo dime que quieres en vez de ese carro. (pues le conocía a la perfección y esa muestra de gesto desinteresado, implicaba que el menor tenía otra petición entre manos)

Tristán: ahora que lo pones así mamá, quiero un play station 4 (entusiasmado)

Elizabeth: ni lo sueñes amor (mirándolo directamente)

Tristes: ¡oh mami! No seas así (mostrando una cara de suma decepción) ... aparte son mis sueños yo los manejo. (bufando con cara de molesto)

Elizabeth: buen intento, ¡pero no!... ahora termina rápido tu desayuno que te tengo que dejar en el colegio e irme temprano a mi entrevista.

Tristán: ¡ya que!... al menos ¡lo intente!

Terminaron de desayunar, después arrancaron hacia el colegio, la joven madre se despidió como siempre cariñosamente de su hijo y emocionada. Al visualizar que su hijo ingresara sano y salvo, partió hacia la entrevista, lugar que la dejo impactada al llegar, por el tamaño y lo lujoso del edificio, Diana tenía razón, el apellido DEMONS no era un juego con sus billones, aunque, le entro un ligero escalofrió por lo que se podría encontrar ahí, sin embargo, no se desanimó, debía ser valiente y fuerte, para sacar a su hijo adelante contra todo pronóstico, subió hacia el último piso que era la recepción privada del presidente, encontrándose con una secretaria que vestía muy elegante a comparación de su vestuario. Primer error, ¿le falto más elegancia?

Siempre es Mejor Saber el NombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora