Así pasaron las horas y eran ya casi las tres de la tarde y el presidente no daba ni indicios de vida, por parte de Elizabeth ya tenía todo estrictamente organizado incluso su agenda que era un nudo sin fin, y se había tomado la molestia, de comprar un suero y medicina para el guayabo, confirmando que tenía todo a su alcance listo. Cuando de repente sonó el teléfono de la oficina, que respondió inmediatamente con total cortesía y profesionalismo.
Administración: buenas tardes, llego la correspondencia del señor Meliodas Demons a recepción de la planta baja, para que pase por ella.
Elizabeth: muchas gracias, enseguida bajo.
Elizabeth apresuro paso para recibir el paquete o más bien cajas, que, para su infortunio de contextura física, eran pesadas. Con prisas tomó el elevador, apurando llegar a la oficina, cargando un pillastre de cajas que la tapaban desde la cadera hasta la corona de su cabeza, al llegar a la puerta de la oficina sintió que alguien estaba dentro, y no tardo en conectar la idea de que su jefe pudo llegar en su ausencia para su mala suerte, así que, se apresuró a tocar, escuchando un "ADELANTE" como respuesta.
(XXX_M): te lo digo Zeldris, cuando llegue a la oficina no había nadie, estaba toda la oficina arreglada, pero de pronto se cansó de esperar y se fue, no la culpo del todo supongo... espera... deja esas cajas del otro lado por favor... (Elizabeth sin querer estaba escuchando su conversación y como un nervio extraño que se apoderaba empezó a bajar las cajas hasta escuchar que su jefe le decía que lo colocara de manera contraria, pero el hombre sin voltear a verle continuo con su conversación)... si como sea, hablare con ella después... hablamos. (Elizabeth termino de asentar las cajas tal y como lo ordeno el) ... gracias ya te puedes retirar (lo dice dando la espalda a la muchacha que apenas recuperaba aire y fuerzas para presentarse debidamente).
Elizabeth: di-disculpe señor Demons (un poco nerviosa)
(XXX_M): ¿humm? (sin voltearle a ver, absorto en la agenda que había hecho ella apenas hace unas horas)
Elizabeth: me presento formalmente señor... me llamo Elizabeth lionés y soy su nueva secretaria. (inclinándose sutilmente ante su nuevo jefe para después verle directamente. Cuando el chico escucho su nombre una corriente paso por su cuerpo, teniendo en cuenta ese nombre lindo femenino, y se dio de vuelta inmediatamente para confirmar lo que esa voz y nombre le advertían)
Al quedar frente a frente, los dos se miraban fijamente, el chico pensaba, si era una broma del pasado, o un efecto de su guayabo, pero, no entendía como podría ser la misma Elizabeth que había conocido hace casi una década, la que le estuviera hablando como secretaria.
Por parte de Elizabeth solo miraba fija la apariencia de su jefe, cabello rubio como el oro, ojos color verde esmeralda, cara fina y juvenil, un apuesto hombre, sin duda alguna, pero lo que más la carcomía es que le recordaba a alguien, sin saber de quien se tratase. Pero al darse cuenta de ese silencio incomodo Elizabeth decidió continuar.
Elizabeth: señor que pena, pero es que me llamaron de administración para recoger estas cajas, y pues como eran bastantes me demore un poco, pero, lo estaba esperando para presentarme de manera formal, supe sobre su inconveniente así que me tome el atrevimiento de ponerme al día con mis deberes y organizar un poco su agenda y otros pendientes, y oficialmente quiero decirle que estoy a sus órdenes señor Meliodas (sonrió) (Meliodas se encontraba totalmente perplejo esa dulce y a la vez estúpida sonrisa no podría ser nada más y nada menos que la misma Elizabeth de antaño, pero ¿Por qué le estaba hablando de manera tan formal? ¿acaso sería posible que, a diferencia de él, ¿ella lo haya olvidado por completo? Todos esos pensamientos se vieron interrumpidos por la encantadora joven que seguía frente a él). ahh... ¿señor Meliodas? ¿se siente usted bien? (la mujer se quedó mirándolo fijamente, hasta que recordó que de pronto seria por su guayabo, el estado desconcentrado en el que estaba, y sin más, apresuro a tomar de su cartera los analgésicos que había adquirido para el uso de su jefe como un detalle de agradecimiento por su contratación)... ahh... también... me tome la libertad de comprarle estos analgésicos le ayudaran a recuperar su estado anímico, espero sean de su gusto (volvió a sonreír de manera dulce) (Meliodas no dudo en reaccionar esta vez, debía salir de su trance y tomar las riendas del asunto como el jefe que era)
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Siempre es Mejor Saber el Nombre
FanfictionUna noche alocada, típica para algunos, nuevo para otros... Dos desconocidos creando el talonario del rompecabezas de su vida. #Contenido Adulto. # Todos los Derechos Reservados. # Del manga de los Siete Pecados Capitales.