Parque de Diversiones

2 1 0
                                    

A la mañana siguiente la madre joven se levantaba un poco recuperada de su esguince causado el día anterior, estaba descansada y emocionada pues ese día lo tendría libre como hace mucho tiempo no lo tenía, procedió a levantar a su pequeño con muchos mimos para hacerle desayunar e ir al colegio.

Tristán: mami ¿ya te sientes mejor? (mirándola fijamente)

Elizabeth: si cariño... mira (mostrándole su tobillo) ... está casi como nuevo.

Tristán: creo que me cae mal tu jefe mami... te hace trabajar muy duro y te mete en muchos problemas ¿cierto?... por eso llegas siempre tan cansada (enojado).

Elizabeth: nada de eso cariño, lo que pasa es que el trabajo es muy agotador de por sí, pero tengo un amuleto de la suerte que me llena cada vez de más energías.

Tristán: ¿así? ¿Cuál es? (curioso)

Elizabeth: pues tu mi pequeño caballero sacro, tu eres mi motor y por tanto mis fuerzas y nada malo me puede pasar si te tengo a ti a mi lado... ¿lo sabes no?

Tristán: si mami... por cierto... quería proponerte algo... ¿te parece si no voy al cole hoy? (Elizabeth lo mira confundida por su proposición) ... antes de que digas que no, déjame decirte mami que hace rato no pasamos todo un día juntos y ahora que tienes descanso pensaba que podíamos hacer una de esas tardes. (Elizabeth lo medito, la verdad es que el pequeño tenía mucha razón y pues podría valer la pena).

Elizabeth: me suena muy tentador... ummm... déjame pensarlo... ¿Qué será? (cerrando los ojos fingiendo meditarlo mientras el pequeño la miraba intrigado por su respuesta) ... solo si prometes tomarte toda la avena... (Tristán acento con una gran sonrisa)

Al cabo del desayuno los dos se prepararon para salir y pasar un día completo entre madre e hijo, primero fueron al zoológico y luego al parque de diversiones, divirtiéndose con cada paso que daban, pues, no habían tenido la oportunidad de contemplar muchos espacios aun siendo nuevos y por su limitación de recursos anteriores, así que, la pasaban genial.

Mientras tanto al otro lado de la ciudad, específicamente en la empresa central de los Demons un consternado rubio daba vueltas en su silla, pensando que, aunque su idea de darle descanso a su albina secretaria fuese lo mejor, le extrañaba más de lo que algún día pudo imaginar.

(pensando en voz alta Meliodas): ¡maldita sea Elizabeth! ... ¿en qué momento te convertiste en mi punto de relajación para estar en este calvario de trabajo?... no lo entiendo... lo hicimos una vez y hace muchos años, pero, aun así, no te logro sacar de mi cabeza... ¿me estoy volviendo loco? o ¿será que eres bruja y me envenenaste?... supongo que debo hacerme una limpia... (interrumpida por una presencia que ni percato por estar tan sumido en su dilema de hipótesis)

Zeldris: creo que ni con un cambio de neuronas podrías ser normal hermano (burlón)

Meliodas: ¿Qué no te enseñaron a tocar? (frunciendo el ceño)

Zeldris: supongo que si no estuvieras tan sumergido en tu ola de hipótesis que por poco llegan al rapto de alienígenas me hubieras podido escuchar (Meliodas rodo los ojos molestos)

Meliodas: ¿Qué quieres? (molesto)

Zeldris: vine a buscar a tu secretaria... pero veo que no está... ¿debería preocuparme por lo que podrías estar haciendo con ella en tu hipótesis de brujería? (tratando de contener su risa)

Meliodas: JA JA JA que gracioso hermano, parece que Gelda y tu pasaron buena noche ayer (lo que sonrojo al menor por su intrépida insinuación) ... no saques conjeturas solo le di el libre porque tuvo un accidente laboral el día de ayer... ¿Qué querías con ella? (serio)

Zeldris: vaya pero que atento salió mi hermano... (pasándole unas carpetas) ... le venía a entregar estos balances como tiene mucha información en el proceso quiero que siga al frente... ¿mañana vendrá? (Meliodas acento) ... bueno eso es todo... me retiro y deja de pensar en cosas satánicas hermano, porque si no, terminaras en un manicomio (Meliodas rodo los ojos nuevamente, pero por dentro pensaba que esa mujer al parecer le iba a dar paso directo a un manicomio).

La madre con su pequeño ya se sentía un poco cansados de los juegos y como ya estaba atardeciendo hicieron una última parada en casa de su amiga Elaine, donde su pequeño quería reunirse con su mejor amiga, mientras las adultas tenían una amena conversación.

Elaine: pobre Elizabeth... Meliodas te la está dejando cada vez más difícil ¿no?

Elizabeth: a veces creo que sus triunfos le hicieron perder la cabeza. No te niego que es un jefe muy destacado, pues, su imperio no es por nada, pero íntimamente es un patán, egocéntrico y desvergonzado. (frunciendo el ceño)

Elaine: lo bueno es que tiene sus momentos como lo de anoche, al menos reconoció tu estado y su imprudencia y te hizo atención.

Elizabeth: francamente no estoy segura si eso sea del todo bueno... Elaine a veces me preocupa un poco esta situación, trato de ser paciente, es la mejor oportunidad de empleo que he tenido en años, pero a veces siento que me estoy dirigiendo hacia un lado oscuro.

Elaine: Elizabeth... te quiero preguntar algo... puede ser una hipótesis... pero pues igual quiero que lo medites y me contestes... si Meliodas no sé, por una extraña razón si sintiera una atracción sincera hacia ti... como que le gustes o se esté enamorando de ti... ¿Qué pasaría?

Elizabeth: pues pasaría que sería mi final. (ganándose la cara confundida de Elaine) ... no me veas así Elaine, si de por si me encuentro en aprietos galantes y morbosos porque mi jefe me quiere comer, ¿Qué crees que me pasara porque un Demons se obsesione conmigo y me quiera reclamar como su posesión?

Elaine: según Ban, Meliodas jamás se ha enamorado, ha tenido varios momentos complicados y tristes en su familia, por lo que por una extraña razón creo que si se llegara a enamorar de verdad lo haría muy sincero y desinteresadamente.

Elizabeth: no me interesa eso Elaine... la verdad no creo que sea así de rosa y aunque lo fuese, mira la escena de celos que monto y eso que no siente nada por mí, ¿te imaginas si se obsesiona conmigo?... no solo mata al pobre Arthur, sino que, de paso a mí, además, puede ser el mejor hombre de la existencia misma en dado caso, pero yo no quiero saber nada de hombres, solo de trabajo y de mi hijo, estos juegos me exhausta demasiado.

Elaine: supongo que tienes razón en ese caso... igual su comportamiento se me hace extraño, Meliodas es un hombre muy orgulloso jamás había demostrado tal interés hacia nadie, por eso pregunte.

Las damas siguieron en su conversa mientras un marido albino escuchaba la conversación en la cual su mejor amigo rubio estaba siendo protagonista, por lo que le daba mucha gracia las galanterías primíparas que lo ponían en el centro de la burla femenina y como si de invocar se tratase, acababa de recibir una invitación de su capitán para uno de los bares, donde se aproximó a ir a su encuentro.

Siempre es Mejor Saber el NombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora