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Estás dos semanas en el quincho han sido de las mejores y no sólo, porque este junto a yoongi si no que también, porque estoy junto a las personas que quiero y esas personas son todos ellos.
Hoy era el último día que todos estaríamos aquí ya que mañana debíamos volver a nuestra vida, pero todavía tenemos vacaciones ya que queda un mes todavía.
Debo admitir que estos días también he pensado lo de irme a estudiar periodismo a Estados Unidos ya que sería mucho mejor, se que dije que no iría, pero yoongi también ha estado insistiendo en eso y no lose todavía con gran certeza.
Estos días también cabe mencionar que mi primo y Lara se están conociendo, más a fondo y no me refiero a tener sexo si no que conociéndose más como pareja, porque están comenzando a tener algo.
— ¿En qué piensas? — me preguntó Yoongi, mientras posaba su mano en mi muslo.
— En que queda sólo un mes de vacaciones y luego todo será totalmente diferente — suspiré.
— Pero este mes ambos disfrutaremos, porque tengo muchas ideas para nosotros dos antes de que termine febrero.
—¿Y después?
— Eso lo veremos con el tiempo ¿si? Pero quiero que nunca olvides que te amo.
— Yo también te amo Yoongi y mucho.
Aquellas palabras terminaron en un apasionado beso el cuál minuto a minuto iba subiendo de intensidad, pero eso a mí no me importaba ya que siempre me encantaba sentirlo dentro de mi y que me haga suya como la primera vez.
—¿Quieres que lo hagamos?— pregunto, mientras su mano se dirigía a mis senos.
— Si, lo necesito por favor.
Eso solamente bastó para que sus manos me fuesen recostando en la cama, mientras el se deshacía de mi ropa interior como la de encima, al terminar con lo de abajo yo no aguante más y me quite lo que tenía en la parte de arriba, nosotros dos juntos éramos puro deseó y pasión, pero sobre todo amor.
Sus labios fueron besando desde mis tobillos hasta llegar a mis senos los cuales lamió y succionó, sus dientes mordieron levemente mis pezones haciendo que me retorciera de placer, quería que siguiera y que juegue conmigo. Hoy lo necesitaba de hecho siempre lo hago, pero está vez es mucho más.
Gemi, cuándo su dedo se posicionó en mi entrada y comenzó a refregarlo desde arriba hacia abajo, provocó que en un abrir y cerrar de ojos este muy mojada.
— Miamor ya estás casi empapada — susurro en mi oído — ¿sabes algo?
—¿Que? —dije levemente.
— Desde que te vi hace años atrás que me tenías loco, pero nunca dije nada.
Iba a responder, pero en ese instante dos de sus dedos se habían metido en mi interior, grité al sentirlos tan dentro y el sólo sonreía, porque yo me estaba volviendo un charco de fluidos.
