𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭𝐨.

38

Al siguiente día Frederick y yo ya estábamos empacando lo último de la mudanza, Gaby llegó y me empezó a ayudar.

—Amor, voy a revisar que todo esté bien. —me dijo Frederick y asentí

—Huele a… —Gaby hizo como si estuviera oliendo algo— primera cogida de prometidos. —me nalgueó y me reí

—Así es.

—¿Y? ¿Cómo fue?

—Estupendo, casi me revienta el coño de la cogida que me dio.

—¿Tan bueno es? No mames.

—Sí, lo repetiremos más seguido. —me reí

—¿Usaron condón, no?

—Claro.

Ella asintió y terminamos de cerrar las cajas, los de la mudanza se las llevaron y los tres nos fuimos al aeropuerto para poder partir.

Miré a mi alrededor despidiéndome de Londres, había soñado con vivir aquí pero a veces la vida te tiene otros planes.

(…)

Llegamos a Nueva York, Gabriela se fue a su departamento y yo me fui al mío con Frederick.

—He pensando en tomar e unas vacaciones para estar contigo. —me dijo conduciendo

—¿En serio?

—No quiero que te sientas sola, tampoco quiero que tengamos una mala relación cómo amigos o pareja. —me sonrió

—Me parece bien, después de la boda está la luna de miel y más tiempo solos sería estupendo.

—¿A dónde te gustaría ir? —me preguntó mientras subíamos el ascensor

—Tengo en mente las Bahamas, sería bueno un clima caluroso.

—Pues la Bahamas serán.

Llegamos al departamento y me quedé mirando todo, era un espacio amplio y tenía una estupenda vista, también contaba con un balcón hermoso.

—¿Te agrada? Puedes modificarlo si quieres. —me abrazó por la espalda

—Es perfecto.

—Ahora podríamos ir a estrenar la cama… —me susurró y me reí llevándolo a la habitación