Me removí lentamente, abrí los ojos y observé el paisaje, no estaba en casa.
Miré a mi lado y Christopher estaba ahí sentado con los ojos cerrados, las bolsas bajo estas me decían que no había dormido bien, me levanté con mis piernas tambaleándose y me miré al espejo.
Los pómulos se me marcaban de más, los ojos estaban rojos, tenía ojeras y estaba pálida, mis labios estaban resecos y también pálidos.
—Cora. —oí la voz de Christopher a mi espalda
—Q-quiero irme con mi mamá. —murmuré con poca voz, me dolía la garganta
—No. Yo te voy a cuidar y-
—No, no quiero estar aquí. —me moví hacia la puerta débilmente
Una mujer rubia apareció en mi campo de visión y miré a Christopher con resentimiento.
—¿Quién es esta? ¿Dónde estoy? ¿Qué pasó?
—Es Uda, ha llevado tu proceso y te ayudó con el veneno.
—¿Veneno?
—Antoni Mascherano ha fichado a tu familia. —dijo, y supe que se refería especialmente a Rachel
—Llévame a Phoenix. —pedí
—Ya te dije que no.
—¡Te estoy diciendo que ya me quiero ir! —le grité con el dolor abundando en mi garganta— ¡No quiero estar contigo, quiero ir con mi familia!
Tomó mi brazo y me llevó hasta abajo con brusquedad, abordamos el auto y llegamos con un hombre bastante alto y fortachón.
—Death llévala a Phoenix y asegúrate de que esté bien. —le dijo Christopher
—¿Ahora soy niñera, Legión?
—No he pedido tu opinión, cumple con llevarla y cuidarla.
—Gracias por ayudarme. —le dije incómoda
—Ya te puedes largar. —me dio la espalda subiéndose a su auto
—Por qué es tan complicado. —murmuré
—Es hombre. —me dijo el tal Death
—Tienes razón…
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Aquí tienen un capítulo de regalo, las amo mucho y disfruten esta nueva versión de Secreto.
