Confess To You. (Jenlisa)

˚₊‧꒰ა Capítulo 2 ໒꒱ ‧₊˚

˚₊‧꒰ა JENNIE KIM ໒꒱ ‧₊˚

—Entonces —Rosé me entregó una taza de té—, no perteneces aquí.

—No, no pertenezco aquí, la verdad, no sé ni como llegué aquí.

—Y bueno, ¿qué me asegura a mí que no eres una chica de la calle? —me miró sobre su taza humeante.

—Si no me quieres creer ya no sabría qué hacer para que lo hagas, pero solo deseo regresar a casa, no sé como llamar a mi mamá para que venga por mí si ya no estoy en mi lugar —resoplé—. Me estoy volviendo loca.

—No creo que sea para tanto, seguro es un sueño —supuso Rosé.

—Tú no te ves como un sueño —respondí—. ¿Aún no conoces a Jisoo?

—¿Qué Jisoo? —ladeó la cabeza—. No conozco a nadie que se llame así.

—Bien, parece que ni he comenzado la historia, me estoy enloqueciendo —me froté el rostro—. Necesito regresar a mi casa, no entiendo como hacerlo.

—Tranquilízate, entonces, ¿bailar no es tu sueño?

—Imposible, ese no es mi sueño, yo soy una secretaria —expliqué—. Una secretaria que moría y vivía por su trabajo, encima de eso, me compré ese libro creyendo que sería bueno, y si lo fue, pero me llené de coraje con el estúpido de Joshua Hong, el esposo de Lisa.

—¿Tú como sabes su nombre?

—Te dije que leí el libro —repetí—. Créeme, este no es mi casa, necesito regresar a mi casa.

—Es que lo que dices suena de loco, eso no existe, no hay otra dimensión de personas «reales» —dijo entre comillas—. Quiero creerte, pero es imposible.

—Imposible es haberme dormido en mi cama y despertar aquí, y contigo echándome agua en la ropa —repliqué—. Mira, si me ayudas prometo comprarte lo que quieras.

Sus ojos brillaron, —¿Lo que quiera?

—Sí, pero me tienes que creer y ayudar, Rosé, porfa, eres mi única solución. Sé perfectamente que te gustan los perritos, yo puedo regalarte uno —esta inclinó la cabeza—. Lo sé por el libro. Espera —alcé la mano—, tengo que buscar esa librería a la que fui.

—¿Cuál? —frunció el ceño.

—A la que fue ese día, donde compré el libro, un chico llamado Javi me lo ofreció, quizás esté ahí o no, no lo sé, este lugar es diferente, pero no pierdo nada intentándolo —chasqueé los dedos—. Tengo que recordar el nombre.

—Oye, sé que estás muy ansiosa por recordar el nombre y todo eso, pero yo tengo trabajo y si no llego a tiempo Lalisa, mi jefa, es capaz de despedirme.

—Perdón, no quiero que eso pase, entonces, ¿es verdad?

—¿El qué?

—Lisa es una mujer muy estricta y nunca sonríe, tipo, siempre está seria y trata a todo el mundo mal —dije.

—Bueno, eso todo, todo, no es como que verdad, si es estricta, pero no trata mal a todo el mundo. Creo que es por sus padres y por como la fuerzan a fingir que se quiere casar con un chico, de ella no te puedo decir más de lo que todos saben —torció los labios—. Es muy privada con su vida, y de sus amigas solo he escuchado de una.

—Tiene otra, se llama Kim Jisoo, pero no está en el país —comenté.

—No creo, Lisa nunca ha tenido amigas fuera del país —dijo Rosé, incrédula.

—Pero es...

—A ti por ahora no te creo mucho, no sé quién eres ni de donde vienes, y dices que esto es un libro, probablemente seas alguien que se escapó de un manicomio y yo aquí, teniendo una conversación contigo —rebufó.