Confess To You. (Jenlisa)

˚₊‧꒰ა Capítulo 9 ໒꒱ ‧₊˚

˚₊‧꒰ა JENNIE KIM ໒꒱ ‧₊˚

Bajé las escaleras de la casa de Rosé, y cuando iba a pasar para buscar un vaso con agua, me sorprendí al verla escuchando algo que parecía una música relajante, me aguanté la risa que se quería escapar de mí cuando me acerqué y Rosé estaba con una mascarilla verde en su rostro. Analicé la situación, había dos velas encendidas, la música y la mascarilla.

—¿Qué demonios estás haciendo? —inquirí.

—Alineo mis chakras, ellas tienen que estar en orden al igual que mi mundo —dijo con una voz meliflua.

—Ya, ¿y en qué te ayuda eso? —incliné la cabeza hacia un lado—, ¿mejora tu salud u algo?

—Mejora el cómo ves la vida, es esencial, mi querida Jennie. Ver la vida de manera positiva... —agarré el control y puse mi dedo en el botón de apagar, pero sin presionarlo—, es algo gratificante, siéntante conmigo y escucha —y apagué la televisión—, ¿qué hiciste, Kim?

—Supongo que ya tus chakras no están alineadas –bromeé.

—Kim, ven aquí —ella se puso de pie y tanteando, intentó llegar a mí, pero la mascarilla le impedía abrir los ojos—, tonta salida del mundo real, ven aquí.

—Rosé, no, la violencia no es buena, mata el alma y la envenena —me subí en una de las sillas de su comedor—. Recuerda, los chakras...

—Que se jodan los chakras, préndeme esa televisión, Kim, ¡Jennie Kim, acércate como una buena niña! —gritó tratando de llegar a mí sin éxito–. Ay, estúpida, Kim, ya, pofavol.

Solté una carcajada, —Recuerda que la paz es eso, renacer, los chakras te conectan con tu interior. Inhala y exhala.

—Eso te diré yo cuando te agarre, ¡deberías estar con Jisoo buscando a la pareja de Lisa para que se enamore! —lloriqueó—, enciéndeme mi televisión, Kim.

—¡Te atrapé, quieres que me vaya, es eso! —fingí una voz triste.

—¿Qué?, no, no es eso, pero extrañas a tu mamá, y yo estoy a punto de darte en adopción, es mejor que regreses.

–Eso dolió, espera —corrí al otro lado de la sala, ya que estaba a punto de atraparme—, la enciendo si me prometes que no harás nada contra mí.

—Estúpida, ya verás –Rosé tanteando contra las paredes, llegó a la cocina, y regresó de inmediato ya con la mascarilla retirada de los parpados—, ahora sí, me las vas a pagar, Kim.

Justo cuando Rosé se venía acercando a mí, el timbre de la casa sonó, avisando mi salvación. Levanté los brazos.

—Esa es mi victoria —abrí la puerta sin echar un vistazo por la mirilla, encontrándome con Jisoo–. Bueno.

Jisoo miró a Rosé con curiosidad.

—¿Qué es eso?, ¿mierda? —preguntó jocosa.

—No, es aguacate, respétenme —chistó—. ¿Qué haces aquí?

—Hey, más cuidado que soy sensible, ¿puedo pasar? —yo me hice a un lado y le permití pasar, por mientras Rosé iba a lavarse la cara—. Bueno, asiéntate que tengo buenas noticias y te vas a caer para atrás, no literal, pero tú entendiste.

—¿Qué noticias tiene? —quise saber—. Y que sean buenas, por favor.

—Son más que buenas —sacó un papel—, aquí está el número de Kang Seulgi, ¿sabes lo que quiere decir eso?

—Que por fin la encontraste.

—No, pero tengo el número, la llamé y le pedí verla, hablamos lo mínimo por celular, pero le dije que era mucho mejor hacerlo cara a cara, para eso la invité aquí, a la casita de Rosé —dijo.