Confess To You. (Jenlisa)

˚₊‧꒰ა Capítulo 10 ໒꒱ ‧₊˚

˚₊‧꒰ა LALISA MANOBAL ໒꒱ ‧₊˚

QUINCE AÑOS ATRÁS.

—¿Viste lo que hiciste? —increpó mi madre llevándome a mi habitación—. ¡Eres un caso, Lalisa!

—Pe-pero fue sin intención, perdón, mami, perdón —lloré para que no me pusieran de castigo—. No me castigues.

—Debería castigarte golpeándote con un látigo, te dije que no comieras mucho, Lalisa, que eso no te hace bien —dijo con los ojos desorbitados—, ¡eres una mocosa malcriada!

—Yo no quería, perdón, mami, yo no quería —lloré mientras juntaba mis manos—, no me castigues así.

—No, es que ya ni te mereces que te castigue de esa forma, no vale la pena gastar más mi fuerza contigo, para eso se lo dejaré a tu padre –espetó—. Lalisa, no me gusta cuando comes mucho y aun así lo haces, a veces creo que haces las cosas para molestarme. Te quedas aquí a esperar que llegue tu padre, él te dará tu castigo.

Mi madre mirándome con decepción, como lo hacía todos los días, salió de mi habitación. Me senté a esquina de mi cama y me abracé a mí misma, temerosa de que llegue la noche y me obliguen a recibir aquellos golpes los cuales aún me ardían de la vez pasada.

Como era costumbre, siempre me adelantaba a ducharme y me ponía mi pijama, aunque la noche ni siquiera tenía planes de llegar, yo siempre lo hacía para que los golpes fuesen menos, mi padre se apiadaba de mí siempre que me veía en pijama y lista para dormir, sin importar la hora que fuese.

Nunca entendí la razón de ello, pero siempre fue así.

Lo hice.

Me senté en mi cama con la mirada perdida, era muy poco lo que dormía, de vez en cuando pasaba las noches en vela, mirando la luna y pidiéndole que terminara con mi sufrimiento. Pensaba mucho y eso dolía.

Nadie espera a la edad de trece años pasar por lo que yo paso y por las dietas excesivas a las cuales me obligaba mi madre, creo que es lo más obvio, que nadie quiere pasar por eso. Pero era extraño, no la podía odiar.

No podía sentir odio por la persona que me estaba lastimando y me repetía todos los días el estorbo que era por hija, esperando que creciera solo para pedirme que me casara y así tener un poco de aceptación por parte de ellos.

Eso era lo que buscaba, aceptación de mis padres, que por una vez en su vida me viesen como su hija y no como una piedra en su camino.

Me hice un ovillo en la cama y lloré ahí, quería que amaneciera, quería no estar en esta cama y quería amor.

Quería respeto.

Quería ser querida.

Yo solo quería que me quisieran, que al mirar no lo hicieran ni con lástima, ni mucho menos decepción, ser yo quien enamore a alguien y no lo que tengo, tener amigos por lo que soy y no por mi apellido.

El amor, cuando se basa en lástima, es muy raro que pueda llegar a tener respeto.

ACTUALIDAD.

—Llamando a Lisa —Jisoo chasqueó los dedos frente a mí—, ¿dónde estabas, mi Lisa?

—Pensaba, ¿ordenaste tu comida?

—Oh, sí, solo un refresco, ¿qué mejor comida que esa? —se recostó del asiento—, yo digo que podía acostumbrarme a esto, París nunca fue tan interesante después de todo.