Extra.

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Hay que darles un extra antes de irme.

˚₊‧꒰ა JENNIE KIM ໒꒱ ‧₊˚

—Espero esto no sea una de tus tantas bromas, Lalisa Manobal —me quejé cuando casi caigo—. No puedo ver nada, quítame estas vendas de los ojos.

Hacía días Lisa venía diciéndome que tenía una sorpresa, habían pasado dos años desde nuestra boda, cualquiera diría que son pocos, pero mientras los días pasaban más me daba cuenta de lo mucho que hemos estado trabajando una al lado de la otra, y dos años no son cosas de niños. Hoy estábamos aquí.

Lo más sorprendente de esto es que, estábamos buscando un espacio nuevo, queríamos tener un bebé, y el departamento donde estábamos era pequeño, no cabíamos lo suficiente, por eso le hablé a Lisa de una casa cerca de la playa, sé que todo lo que salga de mi boca Lisa sería capaz de buscarlo, por eso me daba miedo.

Temía que Lisa se las arreglara para construir una casa ella misma, no lo dudo ni un solo segundo. Sentía una brisa, pero no era característica de una playa, sino más bien de algo alto, estaba frío y los vellos de los brazos se me erizaron.

—¿Estás lista? —preguntó Lisa detrás de mí—. Espero que sí.

—Muy, muy lista —aseguré.

Lisa quitó la venda de mis ojos, y sentí mi corazón en un puño. Era un helicóptero el cual se encontraba frente a mí, me giré para fingir demencia y que eso no estaba frente a mí, Lisa solo sonreía, como si fuera de lo más normal.

—Es broma, ¿cierto?, tú esas cosas no las sabes manejar —aseveré.

–¿Quién te dijo que no?, esas salidas a «negocios», no eran solo salidas —agarró mi mano—. Subámonos.

–No, Manobal, yo de ti no me fio —puse resistencia—. No, ni loca, Lisa, detente, amor.

—Amor, nada, acércate, Nini, vamos a volar —me siguió jalando—. Entra, será divertido.

—Amor.

—No, Nini, no tengas miedo —dejó un beso sobre mis labios—. Eres valiente.

—Podemos hacer cosas mucho más interesantes, prometo no quejarme de hacer el amor toda la noche, ya, ven, deja los chistes —alegué—. Lili.

—Te prometo que lo vas a disfrutar, si nos morimos, será la mejor aventura de nuestras vidas —hizo mi cabello a un lado—. Pero lo viviremos juntas. ¿Aceptas?

—Te amo —susurré por lo bajo.

—Yo te amo mucho más.

Y me convenció. Me subí en el helicóptero y Lisa dio la vuelta, me ayudó a colocarme el cinturón, y se aseguró ella.

—¿Hace cuanto aprendiste?

—Hace tres semanas —respondió en un tono bromista.

La miré espantada, —¡No, bájame, no, amor, ya, déjate de bromas!

Soltó una carcajada, —Solo bromeo, fue hace un mes.

—¡Eso no te ayuda! —lloriqueé.

—¿Confías en mí? —sostuvo mi mano.

—Sí, más que nunca y lo sabes.

—Nunca te dejaré caer, Jennie. Ni a ti ni a este mini tú o mini yo que viene en camino —dejó un beso en el dorso de mi mano—. Te llevaré al cielo como tantas veces te lo prometí. Solo déjame cumplirlo.

Y dejé que pasara el miedo y regresara la valentía, asentí. Sentí el helicóptero subir, mientras más subíamos más sentía la presión en mi pecho, pero todo pasó cuando comencé a percibir las nubes, los rascacielos y mejor aún, los pequeños detalles que desde abajo no era posible detallar. Mis labios se separaron por la sorpresa.

—Es maravilloso —musité.

—Nunca tanto como tú, debí pedirte matrimonio de esta manera, hubiera sido mucho mejor. ¿Puedo pedirte matrimonio otra vez?

—No puedes ser mi esposa otra vez, Kim Manobal.

—Y yo que quería casarme en todas las vidas contigo, tendré que conformarme.

La sonrisa de Lisa era de las cosas que más me gustaban, si me preguntaran como han sido estos años, diría que magníficos. Las peleas no faltan, las diferencias, las cosas poco comunes que tenemos ella y yo, pero siempre encontramos la manera de arreglarlo, nunca nos perdemos. Espero que nunca nos perdamos.

Ahora tengo a mi familia, y a un pequeño que viene en camino, no puedo pedir más.

—Vamos a aterrizar —avisó—. Tranquila, el mes de práctica funcionó.

—Sí, claro —rebufé—. Jamás me vuelvo a subir contigo.

—Encima de mí sí, conmigo no.

–Tienes que respetar el momento, Lisa, es romántico —golpee su hombro a modo de broma.

—Y lo respeto.

Aterrizó y cuando estuvimos seguras, ella me ayudó a bajar del helicóptero.

—Falta otro regalo, pero me imagino que ya lo viste —señaló una casa, la cual estaba frente a la playa—. Bienvenida a tu nuevo hogar, Nini.

—No sabes lo mucho que te amo —planteé un beso en sus labios—. Tenemos que verla.

—Sin prisa, vaquera.

Me siguió hasta la casa, me entregó las llaves y permitió que yo sea la primera en entrar ahí. No esperaba menos, las paredes con mis cuadros más caros y recientes, ella había pensado en mí, poniendo mis cuadros. Lisa admira mi arte, aunque ni yo misma lo hacía a veces, ella admira todo lo que hago, no esperaba menos.

—Yo también te quiero regalar algo —formé un puchero.

—¿Más?, viene un precioso bebé en camino, no espero más de ti, y falta algo increíble —subimos las escaleras y abrió la primera puerta—. Es la habitación del bebé, mira, compré una que otra cosa, debiste ver como se rieron de mis las vendedoras.

Me mordí el labio inferior.

—Eres la mamá más tierna del universo —presumí—. Y te tengo solo para mí.

—Tampoco quiero que me compartas. Ah, y mira esto —señaló un osito—. Está el osito que te ganaste, lo puse aquí, también estos otros.

—¿Sabes armar una cuna?

—Busco tutoriales, no hay porque complicarnos —pellizcó mi mejilla—. Estaba pensando en nombres —me rodeó en un abrazo—. Si es niña se puede llamar Hazel o Sereia. Y si es niño, bueno, un poco más complicado.

—Me gusta el nombre de Kian, es lindo —opiné.

—Si es niño, ese nombre está perfecto. Será el bebé más precioso de la faz de la tierra. Pero aún falta algo más —me llevó de la mano a otra habitación que parecía la nuestra–. Donde se hará el verdadero amor.

—Estás más pervertida, ¿segura que no me cambiaron a Lalisa Manobal?

—¿Tiene algo de malo?

—No, porque esta me gusta más —fui deshaciéndome de mi ropa poco a poco, Lisa solo me observaba—. ¿Probamos?

—La oferta es tan tentadora que no puedo decir que no. Eres tan tuya, Jennie, que no te darás cuenta cuando te hago mía.

—Te confieso que me encanta cuando me haces el amor.

Y no era mentira.

Me encantaba.

Confess To You. (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora