La Serpiente en el Paraíso 🐍 Levi Ackerman

🐍 24. La ciudad donde empezó todo

Al salir de la montaña, la Legión volvió a subir a sus caballos y volvieron a avanzar a galope.

– ¡Vigilen por si hay titanes escondidos! –ordenó Erwin.– ¡Comienza la operación! –extendió el brazo.– ¡Pasen al equipo de maniobras!

Todos se pusieron de pie sobre sus caballos, sin detenerlos, y saltaron usando los equipos de maniobras para volar sobre la muralla.

Levi se puso de pie sobre su corcel, haciendo equilibrio, sacó sus cuchillas, y saltó para volar con el equipo; y al estar sobre el muro, comenzó a correr hacia su izquierda.

– ¡No te detengas! –ordenó a Eren, quien se congeló un momento observando su ciudad natal.– ¡Ve a la puerta exterior!

– ¡Entendido! –contestó siguiéndolo.

Mikasa y el resto lo siguieron, pero Armin se detuvo abruptamente de pronto, viendo una mancha negra al borde de la muralla que identificó como los restos de una hoguera, volteó hacia el Comandante y levantó una mano.

Erwin lo miró, comprendiendo la señal.

– No es normal que no haya ningún titán –comentó Hange.

– Hay que hacerlo igualmente –dijo Levi. Ella lo miró.

– Sí –sacó un arma.– Continuamos con la operación –apuntó al cielo y disparó una bengala verde.

Desde abajo, otras dos bengalas verdes fueron disparadas

Eren observó la señal mientras volaba hacia el agujero del lado exterior, se elevó por sobre el muro, y mordió su mano para transformarse en titán; se colocó delante del agujero, cristalizó todo su cuerpo para poder sellarlo, y salió rápidamente.

Mikasa saltó del muro hacia él, lo ayudó a levantarse, y luego a subir nuevamente.

– ¡No bajen la guardia! ¡Manténganse alerta! –ordenó Hange.

– ¡Entendido! –contestó un soldado, y salió corriendo.

Mikasa llegó a la cima del muro con Eren.

– ¡Eren! –llamó, acercándose.

– ¿Y tu equipo de maniobras?

El castaño se enderezó rápidamente para revisar su equipo.

– Está a salvo, pero perdí la capa.

La chica se levantó, se quitó su capa y la colocó sobre los hombros del contrario. El joven se puso de pie, acomodándosela y colocándose la capucha, y la miró.

– Gracias.

Mikasa asintió asintió. Mientras, Levi se acercó al borde de la muralla y se agachó, mirando hacia abajo.

– ¡¿Y el agujero?!

– ¡Lo conseguimos! –disparó una bengala verde.

– ¡Está tapado! –disparó una bengala también.

– Lo logramos –dijo Hange, levantándose. Miró al chico.– Eren, ¿Estás bien?

– Sí. Puedo tapar el otro, como practicamos.

– ¡Vayamos a la puerta interior! ¡Tápense la cara para que no nos ataquen! –ordenó, comenzando a correr.

Todo el equipo se movilizó, corriendo hacia el otro lado del muro para tapar el siguiente agujero.

– ¿De verdad lo tapé tan fácilmente? –se cuestionó Eren.

– Lo hiciste tú. Confía en tu poder –animó Mikasa.