La Serpiente en el Paraíso 🐍 Levi Ackerman

🐍 14. Sin descanso

Los cuerpos de los titanes se desvanecieron volviéndose vapor, quedando sólo los esqueletos.

Unos soldados de la Legión observaban los esqueletos, mientras otros veían curiosos el cristal en el que Annie se encontraba ahora atrapada.

Mikasa tomó al castaño por detrás, pasando los brazos por debajo de los suyos, y así ayudarlo a incorporarse. Eren abrió los ojos lentamente, despertando, y la miró.

– Eren.

– Mikasa... ¿Dónde está a Annie?

La pelinegra desvió su mirada hacia el misterioso cristal; él miró también.

Jean continuaba golpeando el cristal con su cuchilla, la cual ya tenía el filo roto hasta más de la mitad, hasta que quedó sin filo alguno.

– Mierda... ¡¿Qué es esto?! –gritó frustrado.– ¡¿Llegamos tan largo y aún así no piensas decir ni una palabra, Annie?! ¡Sal de ahí! ¡Sal y termina lo que empezaste! Oye, esto no es justo... ¡Annie! ¡Annie! –levantó nuevamente su cuchilla sin filo.

– Detente –ordenó Levi, colocando una mano en su hombro. Él lo miró.– Es inútil.

El chico chasqueó la lengua, regresó la vista al cristal, y se rindió, bajando su mano.

– ¡Usen los cables para hacer una red! –ordenó Hange.– ¡La amarraremos y la llevaremos bajo tierra!

– ¡Sí, señora!

«Si no podemos sacarle información a Annie, ¿Qué usaremos para justificar esto? Causamos muchas muertes. Y aún así, a pesar de las pérdidas, siguen habiendo tantos misterios. ¿Qué fue lo que logramos?», pensó la de lentes, observando a la chica dentro del cristal.

Levi caminó en dirección hacia Erwin, pasó a su lado, y se detuvo.

– No creo que podamos llamar a esta operación un éxito...

– No –el pelinegro lo miró de reojo.– Aseguramos la supervivencia de la Legión de Reconocimiento, al parecer apenas y lo logramos.

El Capitán desvió la mirada hacia el lado contrario, y contestó:

– Eso espero.

Eren, Mikasa y Armin observaron a los policías armados que los rodearon.

Mientras, Hange daba las indicaciones de cómo cubrir el cristal para poder poder transportarlo.

Tn bostezó, volteó hacia el muro, y exclamó sorpresa; sus cejas se levantaron abriendo sus ojos como platos, y sus labios se curvaron en una pequeña sonrisa. Luke exclamó curiosidad al verla, observó a donde ella veía, y se sorprendió ante el hallazgo.

Pero no fueron los únicos que lo vieron, otros soldados también se percataron de ello.

– ¡Miren eso! –señaló.

– ¿Un titán?

– ¿Qué hace dentro de la muralla?

Hange se acercó corriendo al grupo, seguida de Moblit, y su rostro demostró más preocupación que sorpresa.

Efectivamente, dentro del muro había un titán, cuyo rostro se veía una poción gracias al agujero que había dejado Annie al intentar escalar y caer.

– ¿Qué hacemos, Líder de Escuadrón?

– ¿Qué...? Espera...

«¿Estaba ahí de casualidad? Pero si no es así...», pensó nerviosa.