La Serpiente en el Paraíso 🐍 Levi Ackerman

🐍 26. Sacrificio

– ¡Ahora! –ordenó Tn divertida, señalando adelante con un brazo.

Zeke arrojó otra lluvia sobre la ciudad.

– El Titán Bestia está apuntando hacia aquí –dijo Levi.– No tardará en llenar esto de agujeros –miró al Comandante.– Erwin, si no nos queda forma de contraatacar, preparemos la huida –miró a Eren, señalándolo.– Ve a despertar a Eren –lo miró de nuevo, bajando la mano.– Súbete a él con unos cuantos más y huyan. Que sobreviva alguien.

Erwin lo miró unos segundos.

– Huyeron unos caballos –regañó.– ¡Tú estabas a cargo!

– ¡Cállate! ¡Ya no sirve de nada!

– ¡¿Cómo dices?!

– Los más fuertes de la Legión murieron en un instante. ¡Tú también lo sabes! –bajó la mirada.– Aunque protejamos a los caballos, ¡No quedará nadie que vuelva a casa en ellos! –llevó las manos a su cabeza.– Entendía la lógica. Si nos quedábamos en las murallas, un día los titanes nos aniquilarían. Alguien tenía que actuar, aunque fuera peligroso. Hace falta gente capaz de sacrificarse para no sacrificar a otros. "¿Quiénes serán valerosos soldados?". Cuando preguntaron eso, pensé que yo era uno –sollozó.– Pero no esperaba que mi muerte no fuera a tener sentido alguno. En comparación, hay mucha gente que muere en vano que no. ¿Por qué pensé que yo iba a ser diferente? –lloró.

– ¿Y si hacemos que los reclutas y los del Escuadrón Hange restantes se dispersaran el caballo? –sugirió Levi.– Eren saldrá corriendo mientras los distraen.

– ¿Qué harás tú, Levi? –preguntó Erwin.

– Enfrentarme al Titán Bestia –miró atrás de reojo.– Si lo atrai-

– Imposible –interrumpió.– No podrás ni acercarte.

El pelinegro lo miró de nuevo.

– Me lo imagino. Pero si Eren y tú regresan con vida, aún habrá esperanza. ¿No crees que llegamos a ese punto? –miró a un lado.– Es una gran derrota –volteó a su derecha.– Si te soy sincero, creo que no sobrevivirá nadie.

– Sí. Si no hubiera ninguna forma de contraatacar.

Levi hizo una expresión de sorpresa y miró otra vez al Comandante.

– ¿Y la hay?

– Sí.

– ¿Por qué no lo dijiste antes? –cuestionó volteando hacia él.– ¿Por qué te callaste con esa cara de asco?

– Si esto sale bien, es posible que puedas matar al Titán Bestia. Sacrificando mi vida y la de los reclutas...Pero tendrás que matar también a Luke...y a Tn.

Otra lluvia de piedras cayó, haciendo gritar a los reclutas; ambos los miraron.

– Tienes razón –lo miró.– De todos modos, la mayoría moriremos aquí –el pelinegro lo miró.– No. Es mucho más probable que muramos todos –comenzó a caminar.– Debemos apostar por la victoria del modo que sea necesario –el contrario lo siguió.– Para eso tendré que pedirles a esos jóvenes que mueran. Tendré que inventar una buena excusa, como un estafador. Si no voy a la cabeza, nadie me seguirá. Seré el primero en morir, sin saber qué hay en el sótano –se detuvo.

– ¿Ah? –exclamó mirándolo.

Erwin suspiró y se sentó sobre una caja de madera, cabizbajo. Levi lo observaba sorprendido, y algo ansioso.

– Quiero ir a ese sótano –miró su mano.– Llegué hasta aquí pensando en que llegaría este día. En que un día podría comprobar la respuesta –levantó su mano.– Muchas veces pensé que sería mejor morir. Pero el sueño de mi padre y el mío me venía a la mente. Ahora la respuesta está al alcance de mi mano –bajó la cabeza, cerrando los ojos.– Está justo ahí –abrió los ojos. bajando el brazo.– Pero, Levi... ¿Puedes ver a nuestros compañeros? Ellos nos observan. Quieren saber qué pasó con los corazones que entregaron. Porque la batalla aún no terminó.