La Serpiente en el Paraíso 🐍 Levi Ackerman

🐍 19. Expectativa

Tn se quitó la chaqueta y desabotonó un poco su camisa, suspirando. Luke cortó una gran hoja de un árbol, se acercó a ella, y le echó aire con aquella hoja.

– No traje nada de agua ni comida, señorita. Lo lamento.

– No importa. No tardará mucho en anochecer, así que esto acabará pronto.

Por su parte, Eren decidió quedarse en silencio un rato, esperando a que sus brazos se regeneren; y cuando los miró, notó que ya iban por las muñecas. Ymir se echó algo de aire a la cara con una mano.

– Reiner, ¿Tienes algo de agua? A este paso, moriré deshidratada.

– Aunque sea un asunto de vida o muerte, no podemos conseguirla.

– Tienes razón. La situación podría ser peor.

– Lo que me recuerda...Estamos sin descanso desde que aparecieron los titanes ayer por la mañana. Ni comimos, bebimos, ni dormimos. Por suerte, la muralla no tenía ningún agujero –apretó el puente de su nariz.– Nos merecemos un descanso por una vez. Y quizás un ascenso, ya se verá.

– Reiner –llamó Bertholdt, preocupado.

– ¿Qué? –lo miró.– Nos lo ganamos. Trabajamos excepcionalmente dado el caos de la situación. Deberían reconocernos el mérito como soldados –sonrió.– Creo que nos lo merecemos.

Eren lo veía con sorpresa, confuso; Ymir con seriedad.

– Reiner... ¿De qué estás hablando? –cuestionó ella. Él la miró.

– ¿Qué quieres decir? Tampoco digo que pidamos que nos asciendan a capitanes.

– No me refería a eso.

– Oigan, ¿De dónde sacaron ese cañón? Me salvaron la vida. Y luego Christa...seguro que está enamorada de mí.

– Oye...

– Ahora que lo pienso, Christa siempre me trató-

– ¡Oye! –gritó, levantándose.– Desgraciado... ¿Crees que esto es una broma?

– ¿...Ah? ¿Por qué te enojas, Eren? ¿Dije algo malo?

– ¡Si quieres que te mate, dilo!

– Espera, Eren –lo detuvo.– No es normal, se mire por donde se mire. ¿No es así, Bertholdt? Si sabes algo, no te quedes callado y haz algo.

El rubio miró confuso a su amigo. Bertholdt lo miró.

– Reiner...No eres un soldado, ¿Recuerdas? Tú y yo somos guerreros.

Reiner tembló, mientras abría los ojos como platos y su respiración flaqueaba temblorosa; respiró agitado, y de pronto se detuvo y frunció el ceño.

– Es verdad... –murmuró, y se sentó de nuevo, cubriendo su rostro para llorar.

– ¿Ahh...? ¿Qué le pasa? –murmuró Eren.

– Creo que ya lo entiendo –dijo Ymir. Él la miró.– Ya me parecía raro. ¿Por qué se jugaría la vida por Connie el tipo que destrozó la muralla? Todo lo que hace se contradice, pero él no se da cuenta. No sé cómo acabó así, pero creo que era un guerrero destinado a quebrar la muralla, aunque tras fingir ser un soldado tanto tiempo, perdió de vista cuál de los dos era su yo verdadero. No...Puede que para soportarlo y mantener su corazón sosegado, se convenciera de que era un soldado que protegía la muralla. Y al final terminó creyéndoselo –sonrió.– Como resultado, su corazón y sus recuerdos quedaron divididos. Dudo que sea la primera vez que lo que dice no tiene sentido. Eso parece decir la expresión de Bertholdt. Es increíble. Así acaban los tipos como tú-