Capítulo 4: Jase

4.2K 219 18
                                    


Lunes 14 de agosto, 23:15 pm.


—Está haciendo un poco de frío —expresó Eva, subiendo al coche.

—Prenderé la calefacción.

—Ha sido la mejor comida de mi vida, no se si es porque estaba muerta de hambre o qué, pero me encantó.

—Tenías hambre. No has probado los que hago yo, te enamorará.

—Modesto —bromeó.

—¿A dónde te llevo?

—A mi casa, chofer —dijo anotando poniendo la dirección en el gps.

—¿Vives a dos horas de aquí? —pregunté asombrado—. Con razón has llegado tarde.

—Ya ves.

—¿No tienes auto o alguien que te alcance hasta aquí?

—Nop.

—Yo puedo venir por ti.

Largó una carcajada.

—Claro y te levantas dos horas antes solo para venir por mí.

—Bueno, puedes venir a mi casa.

—Pero, ¿vos estás chiflado? —preguntó mirándome con extrañeza.

—Chiflado, ¿qué palabra es esa?

—Es estar loco.

—Ah, y ¿qué tiene de malo?

—Vives con Jack y no sé cuántas personas más, me contó. Oh, y apenas nos conocemos.

—No les molestará. Y podemos conocernos mejor.

—Gracias, pero prefiero llegar tarde.

—Tú te lo pierdes.

—De que me perdería, ¿a ver? —miró desafiante.

Me gusta demasiado cuando me mira o me dice cosas provocándome.

—De vivir con un ser maravilloso como yo.

—Si sos un pesado ahora, no me quiero imaginar estar las veinticuatro horas del día con vos.

Estaría encantado de pasar las veinticuatro horas del día con ella tirándome mierda a cada rato.

—Te lo pierdes.

—Bueno, ¿me contarás ahora vos, de tu vida?

—¿Qué quieres saber?

—Lo mismo que me preguntaste vos.

—En mi familia somos cuatro, mis padres, mi hermano y yo. Mis amigos de toda la vida viven a cinco horas de aquí, los visito siempre que voy allí, que es también cuando visito a mi familia. Sólo he tenido dos novias en toda mi vida. Estudios, primario, secundario y también jugué baseball durante mucho tiempo. También he producido algunos videos para mi canal...

—¿Tenés un canal? —interrumpió, girándose hacia mí.

Ups.

—Es decir, subí algunos videos a youtube.

—Eso es genial, ¿seguís haciéndolo?

—Por ahora no.

—¿Por qué no? —enarcó una ceja.

—No me da tiempo.

—Entiendo y ¿tenés muchos seguidores?

—Pues... Unos pocos.

El camino hacia ti...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora