Capítulo 31: Eva

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Sábado 18 de noviembre, 14:36 pm.


La cabeza me mata, los ojos me duelen. Juro no volver a beber en mi vida.

Sí, seguro...

Aunque la noche ha sido divertida. Al final decidimos quedarnos en el piso de los gemelos, quedaba más cerca de los bolos que el de Chloe. Ellos tienen sus habitaciones separadas, así que nos dejaron un cuarto para las dos y ambos durmieron en el de Austin. Paredes blancas, piso de madera clara, la cama estaba contra el ventanal enorme, era bastante bajita, la de Jase era bastante más grande y alta. Al lado hay un perchero lleno de chaquetas y una mesita con un tocadiscos, algun que otro cuadro de una playa en blanco y negro. A mi lado, toda despatarrada, se encontraba Chloe, que por alguna razón está desnuda... Levanté las sábanas para revisarme, yo sí llevaba ropa, una camiseta de uno de los chicos y las bragas. Intenté despertarla, la moví, le grité, pero ni caso. Me puse de pie y agarré unos pantalones de algodón, me quedaban enormes pero me los ajusté bien, mis zapatillas y salí de la habitación. En la cocina estaba Matt comiendo una manzana. No había rastros de Austin, asumí que seguía durmiendo. Privilegiado.

—Buenos días —me dedicó una sonrisa—. Me gusta como te queda mi ropa.

—Toda la ropa me queda bien —bromeé sentándome en el taburete de enfrente.

—¿Has dormido bien?

—Podría haber estado mejor si no tuviera una compañera que me pateara y abrazara toda la noche.

Matt rió.

—Sí, Chloe es muy cariñosa —me ofreció otra manzana—. ¿Quieres?

—No, gracias.

—Puedo prepararte algo si quieres.

Sonreí angelicalmente.

—Eso sí me gustaría.

Matt se puso de pie pasando detrás de mí para empezar a cocinar.

—Tu móvil ya debe estar lleno.

Oh, lo había olvidado. Anoche me quedé sin batería y se me apagó. Me bajé del taburete y fui por el móvil, que estaba apoyado en el brazo del sofá. Matt lo había enchufado ahí cuando volvimos a la madrugada. Lo prendí mientras regresaba a sentarme. Comenzaron a llegarme todas las notificaciones velozmente. Entre ellos había mensajes de mi madre, de Diana, de Katy y llamadas perdidas de Jase... Con Jase las cosas no iban de maravilla, pero tampoco era tan grave, ¿no? Nos faltaba comunicación y tiempo para ello, sin embargo, los dos estamos llenos de trabajo. Cuando yo podía llamarlo, él dormía, y cuando él tenía tiempo, aquí era de madrugada. No encontrábamos el momento indicado para ambos.

—Oh, no tu novio se enteró que te estoy preparando el desayuno —bromeó Matt al ver el nombre de Jase en la pantalla, estaba detrás de mi espiando.

—No es mi novio.

—¿Aún no te lo ha pedido? —frunció el ceño.

—Tiene miedo que le rechace.

—¿Y lo rechazarías?

—Es complicado... —lo empujé por el hombro—. Sigue cocinando.

Matt rió y volvió a lo suyo.

Jase me había dejado un mensaje en el contestador. ¿Estará enfadado porque no le respondí las llamadas? Puedo explicarlo fácilmente. Me puse el móvil en la oreja para escucharlo.

🔊:Eva... Yo...

Se lo escucha nervioso, le tiembla la voz.

🔊:Vengo a decirte adiós... No aguanto más... Los... Los dos estamos en momentos diferentes de nuestras vidas, no podemos estar juntos... Me encuentro mal... Me... Me apagué. Lo más probable es que esté cometiendo el peor error de mi vida, pero sinceramente no puedo seguir con esto... No puedo seguir contigo.

El camino hacia ti...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora