Domingo 10 de septiembre, 10:30 am.
—Despierta, dulcesito. Mis padres llegarán pronto —susurró Jase en cuclillas al lado de la cama.
—Deja dormir —balbuceé acurrucándome más con la almohada.
—Levántate —dijo sacándome la sábana.
Abrí los ojos sentándome en la cama.
—No tienes porque tratarme así, Jase.
—Venga, ve a ducharte. Te dejaré la ropa aquí. ¿Tienes traje de baño?
Asentí con la cabeza tomando una toalla, camino al baño. Tardé quince minutos duchándome, en lo que Jase me golpeaba la puerta diciendo que me apurara. Salí envuelta en la toalla a la habitación cuando me crucé con Lucke que me miraba de arriba abajo, para nada disimulando. Iba en traje de baño, con una camiseta de mangas cortas blanca.
—¿Buscas algo? —hablé de mala gana.
—A tí... ¿Cómo no me había dado cuenta de que alguien tan sexi vivía en esta casa?
—¿Será porque vas todo el día detrás de las tetas de Sheyla? —pregunté irónicamente.
—Puedo ir detrás de las tuyas.
—No, gracias.
Pase por su lado cuando me sujetó el brazo.
»Suéltame si no quieres perder la mano.
—Jase había comentado algo sobre tú carácter. Pero vamos, creo que solo necesitas que alguien te de el polvo de tu vida y se te pasará lo borde.
—No creo que con tu diminuto pene puedas alegrar a alguien.
—Seh, así me gustas —expresó asintiendo con la cabeza—. Jase estuvo con mi chica, podría pagarle con la misma moneda.
—¿Te refieres a Sheyla?
—¿Lo sabes? No creí que te lo hubiera dicho... Está loco por ti.
—Me ha comentado algo. Déjame decirte que Sheyla no es tú chica, ni de Jase. Puede acostarse con quién le dé la gana —dije soltándome de su agarre.
—¿La defiendes por más que te haya tirado un trago en la cara?
Lo miré confusa, con el ceño fruncido.
»También me enteré de eso.
—Por más que sea infumable, es mujer y siempre las defenderé de idiotas como tú.
—¿Qué pasa aquí? —apareció Jase en la mitad del pasillo.
Lucke dio un paso atrás y se alejó de mí.
—Nada... Solo charlaba con el monstruito.
—No le digas así —habló Jase quedando delante de Lucke—. Solo yo lo hago.
—Como digas —contestó marchándose.
—¿Te ha molestado? ¿Estás bien? —preguntó en mi dirección.
—Es un idiota —hablé observando como se iba.
Jase se rió poniendo sus manos en mis mejillas.
—Ignoralo. Ve a vestirte. Mi familia estará por llegar.
Ahora que estaba del todo despierta, me asustaba la idea de conocer a sus padres. Nunca he conocido a los padres de ningún novio, ellos serán los primeros. Es decir... Jase no es mi novio, pero aún así.
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El camino hacia ti...
Teen FictionEva, una talentosa fotógrafa en ascenso, y Jase, un apuesto modelo, se cruzan en una fiesta caótica donde Jase, tras beber en exceso, cuenta con la inesperada ayuda de Eva. Al descubrir que ambos trabajaran juntos, sus personalidades opuestas choca...