Capítulo 47: Eva

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Martes 27 de febrero, 20:46 pm.


Nunca volver a casa se sintió tan bien como ahora. Mientras he estado en Nueva York he mantenido contacto con Álvaro, hemos estado enviándonos mensajes y se sintió bien. Pero ahora, ahora solo quiero ver a ese no-padre que ha estado conmigo desde que mamá lo trajo a casa en una cena con milanesas, porque sabe cómo chantajearme... Con él nunca he sido muy cariñosa, ni tampoco lo he involucrado mucho en mi vida. Sin embargo, luego de todo lo vívido, creo que no he sido muy amable con él y estoy muy arrepentida de eso.

Ahora mismo estoy abriendo las puertas de casa. Ellos no sabían que volvía hoy, así que no fueron por mí al aeropuerto. Chloe se fue directamente para casa, le dije que no me esperara.

Cierro la puerta detrás de mí, dejé las maletas en la entrada.

—Holaa —miré en la cocina y no había nadie.

Pues que triste.

—¿Mamá? —me acerqué a la sala—. ¿Jared?

—¿Evi? —entró Jared, desde el jardín—. ¡Volviste, piojo!

—Agh, sigo odiando ese apodo.

—Y yo te lo seguiré diciendo —se acercó a apretujarme en brazos.

Acepté su abrazo sin tratar de escapar.

—¿Estás bien? —preguntó apoyando su cabeza sobre la mía.

—Jared, emm... Esto es difícil para mí —me soltó para mirarme atento—. Luego de estar con mi padre ausente, recordé quién estuvo para mí cuando yo era una malhumorada e ilusionada niña que esperaba a su verdadero padre —estoy demasiado nerviosa, me sudan las manos—. Nunca fuí muy... amable contigo, Jared. Eres una gran persona y... —tomé su mano—. Un gran padre.

Jared apretó mi mano con la suficiente fuerza para no lastimarme, pero sí para hacerme saber que aprecia mis palabras. Sin decir nada, sus gafas se manchan con sus lágrimas.

—Fuiste una niña increíble, eres y serás una mujer aún más increíble, Eva... Fue un verdadero placer verte crecer y verte cambiar, aunque sea por ese chico y no por mí —bromeó haciéndome soltar una risita—. Estoy completamente agradecido con tu madre por dejarme entrar en sus vidas. Siempre fuiste y serás mi... —lo consideró un momento—. No-hija...

Reí.

—Y tú siempre serás mi no-padre favorito... No con mamá, claro —corregí—. Entre Álvaro y tú, me refiero.

Jared largó una carcajada.

—Espero que nunca dejes tu humor, ni tu sarcasmo —tiró de mí hasta abrazarme nuevamente.

—¡Eva, mi amor! —chilló mamá entrando en la sala—. ¿Puedo sumarme a ese abrazo?

—No, me está abrazando a mí —bromeó Jared.

—Ay, por favor... No seas celoso que Eva es mía —mamá se pegó a nuestro abrazo.

—¡Es mía! —repitió Jared.

—¡Mía! —chilló mamá.

—¡Eva es mía!

—Dejaré que la pelea a muerte continúe —me escabullí de en medio—, mientras me doy una ducha. Luego me dicen quién ganó.


Luego de unas horas, ya habíamos cenado y estábamos en la sala escuchando música. Jared me comentó que Albondiga, su gato, ha crecido mucho y que le gustó estar con Romeo, el gato de Chloe. Se los dejó cuando fuimos a Nueva York. Según Jared, se hicieron buenos amigos y que ahora le apetece tener otro. A mamá no le molesta la idea, es más, ella quiere un perro, pero Jared es más de gatos, así que esta discusión tiene para rato...

El camino hacia ti...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora