3 años después
Gema
—Te verás hermosa, Em… —digo, sonriendo.
—Lo sé, tú igual —responde ella, con una sonrisa cómplice.
Llevamos una hora en videollamada eligiendo los vestidos que vamos a usar para mañana. Es mi graduación. He vuelto a obtener mis doctorados y, en estos tres últimos años, me he dedicado a vender armas ilegalmente para conseguir dinero y posicionar mis empresas, que ahora son las Industrias Lancaster.
Además, he conseguido el puesto de capitana en la FEMF, siendo la persona más joven en lograrlo. Ahora, solo me faltaban mis títulos, y ya los tengo.
—No puedo creer que en tres malditos años te hayas graduado con dos títulos —sus palabras me sacan de mis pensamientos.
—Fue difícil… —miento.
En realidad, no lo fue ni en esta vida ni en la anterior; la física y la ingeniería son mi pasión.
—¿Hablaste con tu madre? ¿Ella asistirá? —pregunta Em.
—No, está muy ocupada siendo la empleada de esa familia —respondo con frialdad.
La última vez que la llamé fue solo para saber cómo estaba la verdadera Gema. Le ofrecí mi casa para que viviera conmigo, pero obviamente me rechazó. No le importa su hija; solo quiere controlarla.
—Ella se lo pierde, pero aquí tienes a Ángel y a mí —me sonríe sinceramente.
—Es bueno saberlo —le digo, sintiendo una calidez inesperada.
—¿Crees que nuestro Ángel nos extrañe? —su pregunta me hace reír.
—Por supuesto, no puede vivir sin nosotras.
Ni nosotras sin él, pienso para mis adentros.
Miro la hora en mi móvil. Son más de las diez; necesito dormir. Mañana debo lucir espectacular.
—Em, ya es hora de descansar, y tú también deberías hacerlo —le recuerdo.
—Tienes razón. Nos vemos mañana, cariño —se despide.
Preparo mi rutina antes de dormir, y una vez lista, me dispongo a descansar.
Unos golpes en la puerta interrumpen mis sueños. Miro el reloj; son las 8 a.m. ¿Quién se atreve a molestar a esta hora?
A regañadientes, obligo a mi cuerpo a levantarse y abro la puerta. Me encuentro con Emma.
—Buen día, cariño —dice, dándome un abrazo.
—Emma, ¿qué haces aquí? Creí que vendrías en la tarde —me hago a un lado para dejarla entrar. Habíamos acordado que ella y Ángel llegarían en la tarde.
—Quería sorprenderte, y lo logré —se acomoda en el sillón—. Ahora ve a darte un baño, hoy tendremos un día de spa.
—¡Joder, sí! —exclamo emocionada y corro al baño.
Tomo un largo baño. Al terminar, seco mi cuerpo, envuelvo una toalla y cepillo mi cabello y mis dientes. Voy al armario, elijo unos jeans y un top blanco, me visto rápidamente, me pongo los zapatos y salgo.
Emma levanta la vista de su móvil y me observa de pies a cabeza.
—Te ves bien, ahora vámonos —dice con una sonrisa y me toma de la mano para salir.
Al llegar al spa, nos registran y nos piden que nos pongamos unas batas. Nos hacen un tratamiento completo de relajación: masajes, sauna y varios tratamientos más.
—Fue un día increíble —digo mientras entramos de nuevo a mi departamento.
—Y aún no termina —responde con una sonrisa traviesa.
—¿Todavía falta algo? —pregunto, intrigada.
Tocan la puerta, y Emma se apresura a abrir. Dos chicas, una rubia y otra pelirroja, entran con maletines.
—Ellas serán nuestras estilistas para esta noche —dice Emma, emocionada.
—Un gusto, mi nombre es Gema —me presento y les extiendo la mano.
—Un placer, soy Carla —me responde la rubia.
—Y yo soy Lisa, encantada —añade la pelirroja, tomando mi mano.
Nos prueban distintos estilos de maquillaje y peinado hasta que decidimos el look final. Me ponen un vestido largo de color rosa con un gran escote; me queda precioso. Emma, a mi lado, se está terminando de poner sus tacones. Lleva un vestido azul que le queda divino.
Llego al evento y voy directo a mi lugar junto a mis excompañeros. Veo a Emma tomar asiento y luego a Ángel sentarse a su lado. Lleva un traje azul que le queda perfecto y me sonríe con esa expresión tan cálida.
Observo a ambos mientras los exprofesores y el director dan sus discursos. Empiezo a aburrirme, pero aplaudo a cada uno de mis compañeros cuando los llaman.
—Gema Lancaster —escucho mi nombre.
Avanzo con algo de nervios. Miro a Emma y a Ángel, quienes se ponen de pie, aplaudiendo con una sonrisa inmensa.
Tomo mi diploma, abrazo a mis exprofesores y vuelvo a mi lugar. Mis ojos buscan a Emma y a Ángel, y en ese momento, me siento agradecida de tenerlos en mi vida. Aunque no sean mi familia de sangre, los considero como tal.
Una lágrima rueda por mi mejilla. La seco rápido, sintiéndome un poco sentimental, pero no puedo evitarlo; son todo lo que tengo.
Nos encontramos en la fiesta de celebración. Estoy feliz y no he dejado de bailar con Emma.
—Ese chico no ha dejado de mirarme —me susurra, señalando a un rubio muy guapo que la observa.
—Ve e invítalo a bailar —la animo.
—No quiero dejarte sola —dice, tomándome la mano.
Le sonrío con dulzura. Emma siempre se preocupa por mí.
—No estoy sola, nuestro Ángel está aquí —le recuerdo.
La veo irse y, de pronto, siento una mano en mi espalda. Me giro y lo veo.
—Ven, Gema, quiero mostrarte algo —dice, tomando mi mano mientras nos alejamos de la fiesta.
Salimos al exterior. La ciudad está iluminada. Miro a ambos lados, intentando adivinar qué es lo que me quiere mostrar.
—¿Estás buscando esto? —me pregunta, señalando un auto que se acerca en nuestra dirección.
A medida que se acerca, lo reconozco: es un Ferrari 812 GTS negro. Me quedo embelesada mirándolo. Un hombre sale del auto y le entrega las llaves a él.
—Es un regalo de graduación, muñeca —me extiende las llaves con una sonrisa.
No puede ser cierto. Este auto cuesta una fortuna; siempre había querido comprarlo yo misma.
—No puedo aceptar… —empiezo a decir.
—Claro que puedes, Gema. Es mi regalo para ti. Te lo mereces, estoy muy orgulloso de ti —me dice, envolviendo sus brazos a mi alrededor.
Adoro sus abrazos, son mis favoritos, al igual que los de Emma.
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Hola!!
Espero que le guste este cap
Nos vemos en la próxima actualización.
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Renacida.
FanfictionSe me había dado una segunda oportunidad y no estoy dispuesta a desperdiciarla es por eso que me volveré indestructible