– ¿Has visto la nueva película de Netflix? – me dijo Cami mientras cebaba un mate para luego pasarme el siguiente a mí.– Nop – le dije.
– ¿Cómo que no? Está en todas partes, hasta la recomendó “Te lo resumo así nomás”
Dejé escapar una risita mientras me concentraba en la ruta. Hacía una hora habíamos salido de mi departamento y recargado NAFTA a dos cuadras de allí.
– ¿Cómo se llama? – le pregunté.
Había dos razones por las que seguramente no estaba enterada de la nueva película. Uno: Dejé de pagar Netflix hacía dos o tres semanas para poder ahorrar más plata; y dos: Estaba tan concentrada en mis estudios que no entraba a ninguna red social excepto whatsapp.
– “La sociedad de la nieve”
– Me suena el nombre, che – le dije cuando terminé de tomar el mate y se lo pasé –. ¿Está buena?
– Es buenísima, me largué a llorar y todo.
– Vos siempre te largás a llorar con las películas.
– Sí, es verdad.
El viaje siguió tranquilo, el paisaje era lindo, con algunos campos de girasoles que terminaban en el horizonte. La peor parte de este fue cuando subimos al transbordador. Casi morimos ambas, jamás habíamos atravesado el mar en auto. Bueno, mejor dicho, jamás habíamos atravesado el mar en un barco que cargaba autos con nosotras dentro de uno.
– ¿Cuánto pensás que nos tardaremos en llegar? – preguntó ella.
– Y… seguro vamos a estar llegando a la noche.
– ¡Sí! Podemos ir a algún boliche que esté cerca. Tengo unas ganas de comerme a algún uruguayo.
– ¡Pará flaca! – le digo entre risas –. Todavía ni llegamos y vos ya estás pensando en eso.
– Es que vos no entendés.
– ¿Cómo que yo no entiendo?
– No viste la película.– ¿Es de uruguayos? – le pregunté
– Sí boluda, es del accidente de Los Andes.
– Jodeme.
– No, no te jodo.
Ese caso me había impactado muchísimo, sobre todo porque el avión había caído en mi provincia. Vi la película de “Viven” cuando tenía doce años. No lo recomiendo.
– Igual, mejor que la película están los actores.
– Pero ¿Hay alguno conocido?
– Nop, parece que todos estaban debutando.
– Mirá vos.
Pasaron las últimas horas, bajamos del transbordador y seguimos camino por las rutas de Uruguay. Una vez que llegamos a Montevideo ya eran las nueve de la noche.
– El hotel está a dos cuadras a la derecha – me dijo Cami.
– Okay.
Doblé una última vez para encontrarnos casi de frente con un edificio moderno que parecía salir de Gossip Girls. Ambas quedamos con la boca abierta.
– ¿Estás segura que es este?
– Sí, es el de la foto. Puta, me arrepiento tanto de haberme puesto un short floreado.
– Menos mal que me puse un jean – le dije mientras nos bajábamos del auto.
Entramos al lugar una vez que bajamos el equipaje. Entramos al edificio y perfectamente lo podría describir como un sueño. Era enorme y la recepción era preciosa. Las paredes tenían un ligero color crema y el comedor-restaurante combinaba lo rústico con lo moderno.
– Hola ¿Las puedo ayudar? – nos preguntó la chica de la recepción.
– Hola – dijo Cami –. Somos las chicas que ganamos el sorteo por dos semanas. Me comuniqué con ustedes hace poco. Les dije que íbamos a llegar hoy.
– Correcto – la chica de pelo oscuro y ojos grises teclea algo en la computadora – Los nombres de las dos, por favor.
– Camila Gonzales y Romina Lourdes.Le dimos todos los datos que nos pidió, hasta el chat en privado de Cami con el ig de la empresa.
– Bueno, ya se pueden instalar en la Suite, acá tienen sus tarjetas. Disfruten su estancia.
– Muchas gracias – dijo Cami mientras tomaba las tarjetas.
Nos alejamos camino al segundo piso. No pertenecíamos a ese lugar, era demasiado extravagante para una provinciana como yo y una de barrios bajos como Cami, pero pasaríamos una de las mejores vacaciones, eso era lo planeado.
– No me dijiste que era una Suite – le dije en susurro.
– Sí boluda, si no es a lo grande no lo hago. Además tenemos barra libre en los bares más cercanos. Dejemos las cosas y vamos a ponernos en pedo.
– Sos una culiada, te ganaste la lotería.
– Sí, y siempre lo voy a compartir con mi mejor amiga.
Nos abrazamos cuando esperábamos al ascensor.
– Te quiero amiga – le dijo.
– Yo también – me dice –. Ahora vamos, que quiero un ron con coca urgentemente.
*
Segundo cap! Besos!
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VISTA AL MAR | Enzo Vogrincic
RomanceCuando la amiga de Romina la invita a pasar unas hermosas vacaciones en Montevideo, ella se imagina unas tardes en la playa y las noches bailando. Pero un chico de ojos negros y voz seductora va a poner su mundo de cabeza y ella tendrá que tomar una...