Sentía sus manos arrastrarse por todo mi cuerpo, como si quisiera arrancarme la piel. Me besaba desesperadamente, su lengua recorría mi boca de una forma deliciosa. Mis manos tiraban levemente del pelo de su nuca.
Me tiró en la cama y siguió besando mi cuerpo.
- Abrí la boca - me dijo y le hice caso. Saqué la lengua como lo haría una perra sedienta.
Metió uno de sus dedos dentro, y lo chupé como haría con una paleta dulce.
- Chupalos - dijo casi en un ronroneo -. Chupalos, quiero ver lo puta que sos.
Okay, no pensé que fuera la clase de chico que insultaba a la hora de tener sexo, lo que me enloqueció aún más. Seguí chupando su dedo como él quería que lo hiciera. Cuando finalmente los sacó, tomó mi mano y la llevó a su entrepierna. Estaba realmente duro cuando lo toqué, se sentía bastante bien.
- Así me podés, chiquita - me dijo al oído -. Así me pusiste anoche cuando bailabas contra mí.
Yo no podía hablar, estaba totalmente enmudecida por este otro lado que me estaba mostrando.
- Te quiero tener acá, ahora mismo - me dijo -. ¿Vos qué querés?
Empezó a tocar mis pechos y a jugar con ellos. Pasaba su pulgar por mi pezón y lo apretaba con el índice. Solo podía gemir ante su contacto. Mi vestido empezó a molestarme demasiado, quería quitármelo.
- Las ganas que tenía de tocarte, quiero hacerte sentir la mujer más del mundo. Dejame hacerte sentir la mujer más hermosa. ¿Sigo?
Logré recuperar fuerzas para decirle lo que quería en medio de un suspiro.
- Quiero que me hagás tuya toda la noche. Quiero sentirte dentro de mí, tan duro como estás ahora. No quiero que parés hasta que empiece a doler - le dije -... Cojeme.
Enzo sonrió ante mis palabras agitadas.
- Sus deseos son órdenes, señorita.
Entonces metió una de sus manos entre mis piernas, levantó mi vestido hasta que yo me harté de él y me lo saqué. Él se quedó viendo mis senos desnudos, recorrió todo mi cuerpo con su mirada, suspiró y se relamió los labios.
Se arrodilló delante de la cama, haciéndome sentir una reina. Lo hizo lentamente, como si estuviera a punto de morir allí. Tomó mis piernas y las puso en sus hombros.
Fue cuando empezaron los besos en la cara interior de mi muslo, lo hacía sin dejar de mirarme. Entonces sus labios se fueron adentrando, hasta tocar el punto que me hizo gritar. No paró de besar, succionar y lamer justo allí, dónde yo me derretía. Le pedía más y más, mis piernas temblaban con la caricia de su boca, de sus dientes.
Adentró dos de sus dedos y estallé del placer aún más. Mi espalda se arqueaba con cada caricia que daba.
- Sos tan rica - dijo cuando se separó un poco -. Más rica que cualquier plato principal.
Y siguió, siguió y siguió hasta que no aguanté más y me hizo venir en su boca. Grité tanto del placer que seguro todo el hotel nos escuchó.
- Me toca a mí - le dije.
Enzo se recostó en la cama mientras yo me ponía de rodillas frente a él.
- Quiero ver tu culo mientras me la chupás.
Me puse como el quiso. Y entonces empecé a hacer una de las cosas que más me gustaba hacer. ¿Si me considero una puta? Lo que estaba haciendo era como lavarme los dientes.
Sentía cómo la respiración de Enzo se agitaba, cómo sus suspiros se hacían cada vez más pesados.
- Dios - dijo -. Qué bien que la chupás.
Yo seguí con mi trabajo, sintiendo su sabor dentro de mi boca. Quería que se viniera en mis labios.
- Me voy a correr - dijo.
Chupé la punta de su pene una última vez antes de sentir su sabor en mi lengua, sabía muy bien. Me limpié los bordes con un dedo y luego me lo chupé.
Enzo me miraba, ambos éramos la presa del otro, ambos éramos cazadores. Y queríamos poseernos de formas inalcanzables.
*
Nuevo cap! No sé olviden de votar porque sino me voy a poner mal :(
Los quiero, besos!
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VISTA AL MAR | Enzo Vogrincic
RomantikCuando la amiga de Romina la invita a pasar unas hermosas vacaciones en Montevideo, ella se imagina unas tardes en la playa y las noches bailando. Pero un chico de ojos negros y voz seductora va a poner su mundo de cabeza y ella tendrá que tomar una...